Gambas: Por qué no debes chupar nunca la cabeza

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Comer gambas y langostinos en España es una auténtica tradición, mucho más en estas fechas navideñas ya tan cercanas. Y no es de extrañar pues son uno de los alimentos que más le gustan a todo el mundo. El sabor a mar, su textura suave y agradable, su exquisito olor, todo nos invita a comerlas cuanto antes. Es cierto que hay gambas de muchas clases y precios, pero justamente eso las convierte en un manjar que resulta accesible prácticamente a casi todo el mundo. 

Ahora bien, en los últimos años hemos empezado a escuchar noticias que afectan a que sería un alimento poco saludable, más bien su cabeza, pero es que uno de los placeres de comer gambas viene a ser justamente chupar la cabeza que es donde se concentra una parte importante de su sabor.

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El cadmio es también un producto cancerígeno

El propio ministerio de sanidad en su recomendación explicaba que el cadmio “«es un metal pesado que se encuentra en el medioambiente de forma natural asociado a minerales de cinc, cobre o plomo, por lo que es un subproducto inevitable en las actividades mineras relacionadas con estos metales. Tiene muchas aplicaciones industriales por lo que su liberación al medio ambiente se ve incrementada por la acción del hombre (quema de combustibles fósiles, metalurgia, incineración de basuras) y por el uso de fertilizantes a base de fosfatos y de lodos residuales».

Pero es que además el cadmio resulta un elemento cancerígeno. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) lo ha colocado dentro de la categoría 1 (productos que resultan cancerígenos para los humanos) ante las evidencias científicas que así lo demuestran. Calificación con la que coincide plenamente la Organización Mundial de la Salud (OMS).