Oceana pide a los países de la UE que cambien su gestión de áreas marinas protegidas

La ONG de conservación marina Oceana insta a los Gobiernos de la UE a cambiar «radicalmente» su gestión sobre las áreas marinas protegidas y adopten prohibiciones a gran escala de las actividades que son incompatibles con los objetivos de las áreas marinas protegidas, ya que en el 96 por ciento de ellas se permiten actividades industriales o extractivas, lo que los convierte en parques «de papel».

En un informe, la ONG pide también que el Plan de Acción 2021 de la Unión Europea para conservar recursos pesqueros y proteger ecosistemas marinos marque un punto de inflexión para que la Comisión Europea muestre su ambición para abordar la pesca destructiva en las AMPS europeas.

Oceana denuncia así que las AMP «no son más que parques de papel» puesto que su protección es «mínima». De hecho, asegura que el 70 por ciento de las 3.449 AMP de la red Natura 2000 marina evaluadas tienen al menos una amenaza grave y en algunas de ellas, en Países Bajos y Reino Unido, se han encontrado hasta 12 amenazas en un mismo área marina protegida.

De hecho, solo el 0,07% del total de la red de AMPs no está afectado por ninguna de las amenazas evaluadas, mientras que artes de pesca dañinos afectan al 86 por ciento de esta red inicialmente concebida para proteger hábitats.

La directora sénior de políticas de Oceana Europe, Vera Coelho, ha explicado que el estudio cuantifica por primera vez que la mayor red de AMPS de Europa está básicamente formada por «parques de papel hasta un punto aterrador».

«Para cumplir realmente con la ambiciosa retórica sobre objetivos de protección marina, es fundamental que tanto gobiernos como la Comisión Europea prohíban las actividades industriales y extractivas que tienen lugar dentro de las AMP, ya que son básicamente incompatibles con el concepto de área protegida», ha advertido.

De acuerdo con estándares de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza adoptados en 2016, las AMP no cumplirían con la definición, ya que menos del 0,5 por ciento de los mares europeos –el equivalente a la superficie de Bélgica– está protegido con auténticas AMP que restringen las actividades industriales que dañan el medio ambiente.

Asimismo, el estudio concluye que más del 53 por ciento de una selección de AMP no tiene «ningún tipo de gestión» y cuando la tienen, el 80 por ciento de los planes son incompletos o están plagados de puntos flacos, ya que omiten la gestión de las amenazas más graves que afectan a un área concreta.

Por su parte, el director de la campaña de protección marina de Oceana, Nicolas Fournier, ha indicado que dado que la UE y el Reino Unido se han marcado el objetivo del 30 por ciento de AMPs para 2030 es «necesario un cambio radical para dotarlas y que protejan la naturaleza de manera eficaz, especialmente en un medio marino degradado que se enfrenta a presiones significativas y crecientes, a las que se añade el cambio climático.

El análisis de Oceana muestra que el objetivo de muchas AMPs ha sido desarrollar un «mínimo legal» que proteja unas determinadas características, en lugar de proteger más ampliamente el ecosistema, sin abordar las amenazas más extendidas como el tráfico marítimo, la pesca y el dragado.

Este fallo denuncia que es aún más evidente por el declive constante de especies y hábitats marinos dentro de las AMP europeas, tal y como confirma la Agencia Europea de Medio Ambiente en su último informe sobre el Estado de la Naturaleza.