Anacardos: por qué estos frutos secos son venenosos

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Los frutos secos son un alimento bastante saludable y bastante común, sobretodo en las dietas. Pistachos, nueces de macadamia y anacardos son los más vendidos, no hay duda de por qué, son los más ricos que hay. Además de por su sabor, los anacardos son uno de los alimentos que posee una proporción perfecta de grasas, ya que contiene grasas saludables y por ello se ha catalogado como un alimento sano. Además de esto, son ricos en proteínas, magnesio y hierro. No solo es bueno por lo que contiene, sino que también nos protege de las enfermedades cardiovasculares, son buenos para la sangre, el sistema nervioso y los músculos. Pero, los anacardos tienen un secreto muy bien guardado y muy peligroso. Vamos a ver por qué estos frutos secos son altamente venenosos.

Seguro que más de una vez nos hemos preguntado que por qué los anacardos siempre se venden fritos o tostados y no crudos. Pues la respuesta es fácil, porque recién caídos del árbol son altamente venenosos y en grandes cantidades podrían llegar a causar una terrible intoxicación o incluso la muerte. Este fruto seco contiene una sustancia denominada urushiol, un tipo de aceite presente en las hojas del árbol del anacardo, el anacardium occidentale, así como en la cáscara de la nuez y también en plantas como la hiedra venenosa.

Veamos más sobre el urushiol y el porqué de que los anacardos sean venenosos:

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Un fruto seco venenoso

Como ya hemos dicho, el anacardo que consumimos es un fruto que crece en un árbol llamado Anacardium occidentale. Concretamente, lo que nosotros nos comemos crece en los extremos de la fruta del anacardo. Esta fruta, una vez madura y lista para recolectar, cae del árbol, pero para conseguir los frutos que luego nosotros comeremos, la fruta primero debe pasar por un secado al sol y luego por un tostado a fuego. ¿Por qué no comerla cruda como muchos otros frutos secos? Porque contiene una toxina llamada urushiol, que para ser eliminada debe pasar por el tostado a fuego. Ese tratamiento de calor al que deben ser sometidos es para poder retirar la cáscara con seguridad, pero también tuesta el fruto, por eso nunca los comemos crudos. Una vez hecho esto, se pelan, se secan, y ya están listos para el consumo.

Aunque alguna vez podamos encontrar anacardos que se vendan como crudos no lo son, ya que los anacardos crudos reales procedentes de la fruta del anacardo son muy venenosos y deben pasar por procesos de tostado para eliminar el urushiol.