González Laya reclama «un poco más de unidad» a la UE

La ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, ha advertido de que la región mediterránea está «en mitad de una transformación» y es necesario «más energía política» a ambas orillas para acompañar el proceso, en el cual ha reclamado específicamente «más unidad» dentro de la Unión Europea.

González Laya ha participado de forma telemática en un foro organizado por el Instituto de Estudios Políticos Internacionales (ISPI) de Italia centrado en el Mediterráneo y en el que ha repasado las transformaciones que encara la región, entre ellas la «climática», la «energética», la «democrática» o la «demográfica», recordando en este último punto que se trata de una zona con una edad media de 26 años y que es necesario «canalizar» esta juventud hacia puestos de trabajo para evitar la «desestabilización».

La jefa de la diplomacia española también percibe que hay una «competición geopolítica» y ha reconocido que, por parte de la UE, debe haber «una atención muy estrecha» sobre lo que ocurre al otro lado del Mediterráneo, que alcanza desde los países del Magreb hasta Oriente Próximo.

Tomando como referencia el Proceso de Barcelona lanzado hace 25 años y precursor de la Unión por el Mediterráneo (UpM), González Laya cree que es momento de «un nuevo impulso», de una implicación «más estratégica y completa» que tenga en cuenta cuestiones políticas y económicas, pero también de democracia y Derechos Humanos.

En este sentido, echa en falta «más energía política» a ambos lados y, en una «culpa» que ha atribuido exclusivamente a la UE, «un poco más de unidad». La ministra cree que esta unidad favorecería la implicación europea en desafíos que incluyen el conflicto entre israelíes y palestinos, las guerras de Siria o Libia o el litigio pendiente del Sáhara Occidental.

El Mediterráneo, ha añadido, «es una prueba para la UE» si se quiere adquirir «autonomía estratégica» y ser por su cuenta un actor relevante a nivel internacional, capaz de implicarse en la resolución de conflictos y el desarrollo de países y regiones.

TURQUÍA Y LIBIA

El secretario de Estado alemán Niels Annen ha coincidido con González Laya en que es necesario estar «más unidos» y tener «más energía política», algo que Alemania ha querido impulsar durante la presidencia rotatoria del bloque, que concluye a finales de este mes.

Annen ha llamado de hecho a no «subestimar» a la UE en contextos como el Mediterráneo oriental, donde el bloque ha criticado los últimos movimientos de Turquía. En palabras del secretario alemán, Turquía «debe entender que hay una línea que no puede pasar» y que, frente a cualquier «provocación», habrá una posición común del lado de Grecia y Chipre.

El ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves le Drian, ha aludido igualmente a esta «solidaridad europea», que pasa por dejar claro ciertos límites: «Queremos que se respete la soberanía europea y el Estado de Derecho». «No debemos dar nada por sentado», ha advertido.

LIBIA

En relación a Libia, Le Drian ha subrayado que no hay una «solución militar», algo que ha recalcado también su homólogo italiano, Luigi Di Maio, quien ha reconocido las «grandes expectativas» generadas a raíz del acuerdo de alto el fuego –«un gran paso adelante» a su juicio– y del posterior acercamiento de las partes enfrentadas para convocar elecciones dentro de un año.

Di Maio, no obstante, ha apuntado que la situación sigue siendo «muy frágil» y es necesario «proteger» los últimos avances, tanto por el bien de Libia como del conjunto de la región. «No puede haber estabilidad en el Mediterráneo sin estabilidad en Libia», ha enfatizado.

El ministro de Exteriores de Italia considera que la UE «necesita estar presente» en la región del Mediterráeno, con un frente común que garantice por ejemplo el desarrollo o la gobernanza. Tanto Di Maio como el resto de los intervinientes han aludido a la política de vecindad de los Veintisiete como una herramienta a tener en cuenta.