El Papa recuerda a los obispos su compromiso con la unidad de los cristianos

El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha publicado un documento en el que recuerda a los obispos su compromiso con el diálogo ecuménico cuyo fin es la unidad de los cristianos y ofrece gestos prácticos que pueden llevarse a cabo con los miembros de otras iglesias cristianas no católicas.

«Este Vademécum se propone al obispo como un estímulo y una guía para el cumplimiento de sus responsabilidades ecuménicas», se lee en el directorio titulado ‘El obispo y la unidad de los cristianos: Vademécum ecuménico’ que ayudará a los obispos diocesanos y eparquiales a comprender y cumplir mejor su responsabilidad ecuménica.

El texto, que fue aprobado por Francisco, fue elaborado por los oficiales del Consejo, con la asesoría de algunos expertos y el acuerdo de los dicasterios competentes de la Curia Romana y se publica para conmemorar el 60º aniversario de la creación del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, por parte de san Juan XXIII en 1960.

El Vademécum ecuménico tiene dos partes principales. En la primera parte, que hace referencia a la promoción del ecumenismo en la Iglesia católica se evidencia lo que es necesario para que la Iglesia católica cumpla con su misión de promover la unidad de los cristianos: las estructuras, así como los delegados para el ecumenismo, a nivel diocesano y nacional; la importancia de la formación ecuménica y el uso de los medios de comunicación en las diócesis.

En la segunda parte, que recoge la parte relativa a la Iglesia católica en su relación con los otros cristianos, examina cuatro formas en que la Iglesia católica se compromete con las otras comunidades cristianas.

Así en primer lugar, muestra el ecumenismo espiritual como alma del movimiento ecuménico y expone cómo los obispos pueden guiar a su pueblo, en aras de la unidad de los cristianos, mediante la oración, la conversión y la santidad, destacando en concreto la importancia de las Sagradas Escrituras, la «purificación de la memoria» y el «ecumenismo de la sangre».

En segundo lugar, se reivindica el diálogo de la caridad que trata de la «cultura del encuentro» desde el nivel de los contactos y la cooperación cotidiana, nutriendo y profundizando la relación que los cristianos ya comparten a través del bautismo.

En tercer lugar se hace referencia al diálogo de la verdad que hace hincapié en la búsqueda de la verdad de Dios, que los católicos emprenden junto con otros cristianos mediante el diálogo teológico.

Por último, el diálogo de la vida incluye oportunidades de intercambio y colaboración con otros cristianos en la atención pastoral («el ecumenismo pastoral»), en el testimonio ante el mundo («el ecumenismo práctico») y a través de la cultura («el ecumenismo cultural»).

Estas directrices se basan en el Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II, Unitatis redintegratio; la encíclica de San Juan Pablo II sobre el ecumenismo, Ut unum sint; y dos documentos del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos: el Directorio para la aplicación de los principios y normas sobre el ecumenismo y La dimensión ecuménica en la formación de quienes trabajan en el ministerio pastoral.

El Vademécum ecuménico concluye cada una de sus secciones con unas recomendaciones prácticas que resumen, en términos sencillos y claros, las tareas e iniciativas que pueden emprenderse a nivel local y regional.