Esta temporada el Real Madrid ha vivido de cerca la que ha sido el mercado de fichajes más provechoso en cuanto a salidas, ventas y cesiones, desde James y Achraf, hasta Borja Mayoral o Bale, que de momento salió cedido hacia Tottenham, pero se busca un acuerdo para su traspaso. En esas, a lo largo de los años, Florentino Pérez ha observado de cerca muchas ventas que al final no supieron rendir como entonces.
Todos ellos tienen en común que vivieron una de las épocas más felices en el club blanco y que el Real Madrid y Florentino Pérez supieron aprovechar de la mejor manera. Jugadores con gran calidad, astutos, reconocibles sobre el campo... pero que cuando marcharon no encontraron ningún camino hacia el éxito en sus clubes de destino, llegando a rendir por debajo de lo esperado y de lo visto en las filas del Santiago Bernabéu. Los repasamos.
6Robinho, sin pena ni gloria después del Bernabéu
Unos años antes, las esperanzas del madridismo estaban depositadas en Robinho, el habilidoso delantero brasileño que jugó durante cuatro años en Chamartín y dos de ellos a un nivel más que aceptable -con sendos títulos de Liga-, aunque haya pasado a la historia como un ilustre irrelevante fuera del Real Madrid de Florentino Pérez.
Seguramente, porque las expectativas eran demasiado altas. "Sé que tengo fútbol para eso y voy a trabajar mucho. En dos o tres años puedo ganar el Balón de Oro o el FIFA World Player", dijo en 2006. Un jugador polivalente, veloz, muy inteligente... pero con la camiseta del Real Madrid puesta. Su marcha al Manchester City, aún en fase de desarrollo, fue una aventura pasajera en la que no supieron ver nada de aquella estrella de renombre del Real Madrid.
Posterior a esto, Robinho se marchó a jugar primero al Milán, con denuncias de violación de por medio, y luefo a Brasil, al Santos, del que saltó al Guangzhou chino, para regresar a su país y enrolarse en el Atlético Mineiro. En el Galo retomó un buen fútbol, pero nada más lejos de lo que los aficionados blancos disfrutaron en la casa blanca. Ahora juega el Sivasspor turco, un equipo modesto de la región de Anatolia, que el brasileño acabó aceptando.





