Empresas y ONG apoyan el nuevo impuesto al plástico que quiere crear el Gobierno

Representantes de los sectores de la empresa y de la sociedad civil mostraron este lunes su apoyo a la intención del Gobierno de España de crear un nuevo impuesto a los envases de plástico de un solo uso porque consideran que uno de los pilares de la reconstrucción tras la crisis del coronavirus debe asentarse sobre el principio de que «quien contamina, paga».

Así se puso de manifiesto en el diálogo ‘La Reconstrucción Económica en Verde’, organizado por la agencia de noticias Servimedia en colaboración con Iberdrola y en el que se debatió sobre cómo reconducir los efectos sociales y económicos de la crisis sanitaria del Covid-19, enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

El Consejo de Ministros aprobó la semana pasada en su primera lectura el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que recoge por primera vez en la legislación española la creación de un impuesto indirecto sobre los envases de plástico de un solo uso con el fin de reducir su utilización. Su coste sería de 0,45 euros por kilo de envase y la recaudación podría ser de unos 724 millones de euros al año.

Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático, perteneciente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, apuntó que el Gobierno pretende que esa nueva figura tributaria «salga adelante» porque supone «un paso en la buena dirección» que contribuya a asentar el futuro después del coronavirus. «Tenemos que ser capaces de reconducir en positivo el modelo de producción y consumo español, y empieza por gravar aquello que no es bueno», dijo.

UNA SEÑAL PARA PRODUCTORES

Gonzalo Sáenz de Miera, director de Cambio Climático de Iberdrola, consideró «esencial» que se pongan en marcha medidas asociadas al principio de que «quien contamina, paga», y que el nuevo impuesto al plástico enviaría una «señal» a las empresas productoras, como ocurre en otros ámbitos económicos.

Por ejemplo, el sector eléctrico antes no pagaba por el dióxido de carbono (CO2) y los autobuses urbanos impulsados con energía eléctrica son más competitivos a lo largo de su ciclo de vida que los de motor de combustión.

Víctor Viñuales, director de Ecodes, recalcó que gravar el uso de plásticos no reutilizables debería haberse hecho «desde hace tiempo». «No es razonable que una cosa que vayamos a utilizar 40 segundos luego esté en la naturaleza contaminando durante cientos de años», comentó, antes de destacar que el nuevo impuesto especial supondrá «un desafío» tanto para la industria, que deberá buscar otras fórmulas de innovación, y para los ciudadanos, que tendrán que cambiar de hábitos.

Ana Sainz, directora general de la Fundación Seres, que promueve el compromiso de las empresas con acciones socialmente responsables, consideró que los residuos de plástico son «altamente negativos», si bien indicó que en el embalaje de los productos conviene añadir, además del componente ambiental, una vertiente social que tenga en cuenta a las personas mayores y las personas con discapacidad.

SERVIMEDIA