Alejandra, una niña discapacitada de cuatro años que vive en Ponferrada, ha enviado una emotiva carta al Director Provincial de Educación de León solicitando que le cambien de colegio.
Según explica la menor, tanto a ella como a sus padres le gustaría que le permitieran acudir a un centro que está junto a su casa, y no al que cada día tiene que acudir y que está a 8 kilómetros.
«Querido señor Director Provincial de Educación:
Me presento, soy una niña de 4 años, me llamo Alejandra, y tengo una discapacidad visual cerebral, epilepsia y además tengo un retraso madurativo severo y un trastorno de comunicación. Mis padres, pensando en mi bienestar, y en el fin último de la educación que es la Socialización, quieren elegir libremente mi cole, como cualquier otro niño sin discapacidad, y han elegido un colegio cercano a mi casa y al trabajo de mamá, que además es referente para niños con diversidad funcional auditiva y con trastornos de comunicación como el que yo tengo, y que cuenta con recursos suficientes y un área de infantil sin barreras arquitectónicas.
Sólo habría que añadir un cuidador (Auxiliar Técnico Educativo) para que yo pueda estar incluida en ese cole, y además sino quieren ponerlo, como tengo asistente personal, facilitado por los servicios sociales de la comunidad, podría ir conmigo a clase para facilitar mi acceso a la educación tal y como dicen las leyes que lo regulan, (ya está yendo conmigo a la Escuela Infantil Municipal de Ponferrada y me ayuda mucho).
Pero el problema es que, aunque NO soy una niña con discapacidad motórica, quieren obligarme a ir a un colegio a 8 km de mi casa sin tener transporte que me lleve por no tener dicha discapacidad motórica, simplemente porque allí sí que hay ATE. También dicen que allí hay fisioterapeuta, pero mis padres han renunciado por escrito a ello, porque yo ya voy a mi terapeuta desde pequeña y hago muchas terapias y yo pienso que el cole NO es una terapia, sino un sitio donde socializar y desarrollarme como persona, para poder ser una más en la sociedad y que mi vida sea lo más normalizada posible. Además, mis últimos informes médicos ya no señalan este recurso como necesario ya que empiezo a caminar de la mano y a subir escaleras, soy capaz de sentarme sin nada que me agarre, y no necesito mobiliario adaptado, aunque se han empeñado en ponerlo en el informe psicopedagógico.
Señor Director Provincial de Educación, tengo DERECHO a que se hagan los ajustes razonables (lo dice la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad) para facilitar mi INCLUSIÓN. Tengo derecho a que mis padres puedan elegir libremente el centro que consideren más adecuado para mí, y que este centro esté cerca (mi madre es maestra y sabe muy bien lo que hace se lo aseguro).
Tengo derecho a que se pongan los recursos necesarios, porque son razonables, y porque mis padres con la ley en la mano, no están pidiendo nada que sea imposible de hacer, ya que las barreras de la comunicación son más importantes quizás que las arquitectónicas. Porque quiero un colegio en el que se hable lengua de signos (que yo ya la estoy aprendiendo) y en el que haya mediadores comunicativos, como los hay en el cole elegido por mis padres, para poder ayudar a comunicarme con mis iguales y con mis profes.
Hay una convención internacional y leyes muy importantes y de rango superior que no se están cumpliendo. El curso pasado mis padres quisieron escolarizarme y ya me lo pusieron difícil, así que este año quiero que se me oiga, quiero poder ir al cole como cualquier niño de mi edad y poder elegirlo, quiero EQUIDAD en esta sociedad y quiero que se me incluya de un modo justo, quiero que los papeles y la burocracia sirvan para incluir, no para excluir.
Señor Director Provincial, cuando baje al parque y no conozca a nadie ¿tengo que irme a 8km de mi casa?
Firmado: Alejandra»