Especial 20 Aniversario

Sánchez agradece a la UE su apoyo en la «crisis» de Ceuta

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agradecido este lunes a las instituciones de la Unión Europea su apoyo a España y respuesta «contundente y firme» en la «crisis sin precedentes» que tuvo lugar la pasada semana en Ceuta con las «llegadas masivas» de migrantes, al tiempo que ha pedido a Marruecos respeto a las fronteras.

«Quiero agradecer la solidaridad y la respuesta contundente y firme del conjunto de las instituciones europeas», ha expresado a su llegada a la reunión de jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas.

En una declaración sin preguntas, el presidente del Gobierno ha subrayado que el Consejo europeo, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y «muchísimos gobiernos» se «solidarizaron» con España «al ver las imágenes de llegadas masivas de migrantes» a Ceuta.

En esta línea, Sánchez ha recalcado que las relaciones de España con Marruecos «se tienen que basar en dos pilares fundamentales», que son la confianza y «el respeto a las fronteras» europeas y españolas en Ceuta y Melilla.

«La relación de la UE con Marruecos, de España con Marruecos, es estratégica. Nosotros queremos una relación lo más constructiva posible pero se tiene que fundamentar sobre dos ejes primordiales: la confianza y el respeto, en este caso el respeto a las fronteras de Europa, españolas, de Ceuta de Melilla», ha enfatizado.

Además, ha aprovechado también para recordar a Rabat que «no hay mayor ni mejor aliado dentro de la UE que España» para «defender intereses estratégicos para Marruecos y tan necesarios también para la UE».

Con todo, no se espera que Sánchez eleve la crisis de Ceuta a la discusión de los jefes de Estado y de Gobierno esta tarde. España, en concreto, no lo ve necesario porque la primera respuesta «quirúrgica» desde Bruselas satisfizo al Gobierno, que cree que el modelo de cooperación y gestión migratoria entre España y Marruecos es un ejemplo de buenos resultados, según fuentes diplomáticas.

España sí participa de la preocupación de Italia por la falta de avances en la reforma europea y considera desequilibrada la propuesta de la Comisión Europea que sirvió de partida para la negociación, que diluye el mecanismo de reparto obligatorio de la acogida y plantea deportaciones «patrocinadas» por los países cerrados a la solidaridad en esa acogida.