La Navidad en España tiene un aroma inconfundible, pero este año, ese perfume a jamón ibérico tiene un regusto más amargo para el bolsillo. A escasos días de que las familias se reúnan en torno a la mesa de Nochebuena, los datos han confirmado lo que muchos temían al pasar por la charcutería: el jamón ibérico ha dejado de ser un invitado habitual para convertirse en un artículo de lujo.
Según el último informe de la OCU, productos clave de nuestra gastronomía han alcanzado máximos históricos, situando al jamón de cebo al corte en una frontera psicológica peligrosa: los 68 euros por kilo.
EL PRECIO DE LA TRADICIÓN: UN DICIEMBRE EN MÁXIMOS PARA EL JAMÓN IBÉRICO
Y no es una percepción más, es pura estadística. El observatorio de precios ha detectado una subida cercana al 4% en los alimentos navideños solo en lo que va de mes. Siete productos básicos de estas fechas han roto sus propios récords, pero es el cerdo ibérico el que lidera esta escalada. Degustar este manjar hoy implica "rascarse el bolsillo" más que nunca, en un contexto donde la inflación alimentaria parece no haber encontrado todavía su techo.
La pregunta que muchos consumidores se hacen frente al mostrador es cómo hemos llegado aquí. Factores como el aumento de los costes de producción, la sequía que afecta a las dehesas y la alta demanda estacional han creado la "tormenta perfecta". El jamón ibérico, ese clásico que alivia las esperas entre plato y plato, se ha convertido en el termómetro de una Navidad que será, con diferencia, la más cara de la última década.
EL "TRUCO" DE LA PIEZA ENTERA: LA FÓRMULA PARA ESQUIVAR EL HACHAZO
Sin embargo, en mitad de este escenario de precios prohibitivos, existe una grieta por la que el consumidor puede escapar del sobrecoste. La clave reside en el plan de compra. Mientras que el jamón loncheado al corte se dispara por encima de los 60 euros, la compra de una pieza entera emerge como la tabla de salvación para las cenas familiares.
Según los datos analizados, comprar el jamón o la paletilla completa puede suponer un ahorro de hasta el 50%, incluso después de descontar el peso del hueso y la corteza (que supone aproximadamente la mitad de la pieza).
Uno de los planes más inteligentes este año está siendo la de comprar la pieza entera y confiar en el charcutero de toda la vida para que la procese y la envase al vacío
La recomendación de los expertos es clara. Y es que si el consumo previsto para estas fiestas supera los 5 kilos de jamón o los 4 de paletilla, la balanza se inclina a favor del formato tradicional. Es el regreso al soporte jamonero en la cocina, no solo por romanticismo o estética, sino por pura supervivencia financiera.
LA CHARCUTERÍA DE CONFIANZA COMO ALIADA
Para aquellos que no dominan el arte del cuchillo, la solución no tiene por qué ser el lineal del supermercado y sus sobres de 100 gramos a precio de oro. Uno de los planes más inteligentes este año está siendo la de comprar la pieza entera y confiar en el charcutero de toda la vida para que la procese y la envase al vacío. Es un pequeño coste adicional de mano de obra que compensa con creces el ahorro frente al producto industrializado.
Este 2025 nos obliga a replantearnos cómo compramos. La Navidad sigue siendo esa tregua necesaria en la que no queremos escatimar, pero la realidad de los 68 euros el kilo nos obliga a ser más estrategas que nunca. Cortar en casa, recuperar el formato de la pieza entera y planificar con antelación son, este año, las únicas herramientas para que el jamón ibérico siga siendo el rey de la mesa sin que la cuesta de enero comience antes de tiempo.
- Más información: Reservar mesa en restaurantes por Navidad nunca había salido tan caro.
