Novak Djokovic ha llegado a punto de su trayectoria donde sabe que ya no compite solo contra sus rivales. También lo hace contra el tiempo. A los 38 años, con casi dos décadas en la élite, el serbio sigue persiguiendo un objetivo que marcaría definitivamente la historia del tenis: conquistar su 25° título de Grand Slam y romper el empate con Margaret Court.
El margen es cada vez más estrecho, las oportunidades se reducen y los nombres que vienen por detrás, como Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, ya no esperan su turno. Pero Djokovic no está dispuesto a dar un paso al lado. Al contrario: ha decidido reajustar su estructura para alargar su vida competitiva.
El cambio necesario de Novak Djokovic para seguir compitiendo
De cara a la temporada 2026, el ex número uno del mundo incorporó a una nueva pieza clave en su equipo de trabajo. Se trata del doctor Mark Kovacs, uno de los mayores especialistas a nivel mundial en prevención de lesiones, biomecánica y optimización del rendimiento en la pista. Una apuesta clara, la de cuidar el cuerpo para seguir siendo competitivo cuando el calendario y la exigencia no perdonan.
Djokovic comenzó la pretemporada antes que la mayoría del top 10. Tras bajarse de las ATP Finals de Turín, inició su preparación en Qatar y la continuó en Atenas, donde ya trabaja con Kovacs de forma intensiva. No es un movimiento improvisado. El serbio sabe que, a esta altura de su carrera, cada ajuste cuenta.

Kovacs, ex tenista profesional y doctor en Rendimiento Humano, tiene una trayectoria extensa en el deporte de alto nivel. Ha trabajado con la USTA y con jugadores como John Isner, Sloane Stephens, Madison Keys y Coco Gauff. También formó parte de estructuras de élite fuera del tenis, como los Cleveland Cavaliers de la NBA, y colaboró con atletas de la NFL y la MLB. Su enfoque combina ciencia, experiencia práctica y personalización extrema del entrenamiento, justo lo que Djokovic busca en esta etapa.
La temporada 2025 dejó sensaciones encontradas para Novak Djokovic. Cerró el año como número cuatro del ranking mundial y levantó dos títulos -Ginebra y Atenas- para alcanzar los 101 trofeos en su carrera. Sin embargo, no logró ampliar su cosecha de Grand Slams. Cayó en semifinales en las cuatro grandes citas del calendario, una señal clara de que sigue cerca, pero ya no domina como antes.
El Open de Australia, la gran oportunidad
Djokovic lo ha repetido en más de una ocasión: sus prioridades han cambiado. Hoy, sus únicos objetivos pasan por los torneos grandes y por seguir representando a Serbia en los escenarios más importantes. En ese camino aparece otro desafío mayúsculo: llegar competitivo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, donde, con 41 años, intentaría defender el oro conseguido en París.
Antes, el reto inmediato será el Open de Australia 2026. El torneo que mejor se adapta a su tenis y el que más veces ha ganado, diez títulos en Melbourne, por tres en Roland Garros, siete en Wimbledon y cuatro en el US Open. Precisamente en Nueva York, en 2023, levantó su último Grand Slam. Para muchos, Australia representa su última gran oportunidad de alcanzar el ansiado número 25.
El precedente que cambió su carrera para siempre
La decisión de sumar a Kovacs recuerda inevitablemente a otro punto de inflexión en su carrera. En 2010, Djokovic incorporó al nutricionista Igor Cetojevic, quien detectó su intolerancia al gluten y la lactosa. El cambio de dieta transformó su físico y su rendimiento. Hasta entonces, el serbio sufría bajones de energía, problemas respiratorios e incluso vómitos durante los partidos. Su palmarés lo reflejaba, un solo Grand Slam hasta ese momento.
En 2011, todo cambió. Ganó diez títulos, conquistó tres Grand Slams, alcanzó por primera vez el número uno del mundo y comenzó la etapa más dominante de su carrera. Aquella decisión redefinió al jugador.
La pregunta ahora es la de siempre: ¿tendrá la llegada de Mark Kovacs un impacto similar? El contexto es distinto y el desafío, mayor. El cuerpo ya no responde igual y las nuevas generaciones le sacan ventaja en lo físico. Pero si algo ha demostrado Djokovic a lo largo de su carrera es una capacidad única para reinventarse cuando parece estar contra las cuerdas. El reloj corre. El objetivo está claro. Y Novak, una vez más, ha decidido pelear hasta el final.






