El caso del aceite 'fantasma': España importa miles de toneladas de Túnez que no llegan a los supermercados

Miles de toneladas de aceite de oliva tunecino llegan a España cada año, pero casi no aparecen en los lineales. COAG denuncia falta de trazabilidad y transparencia en su comercialización.

El aceite de oliva vuelve a dar de que hablar y esta vez no es por su precio, sino por las últimas de denuncias de COAG. ¿Te has preguntado alguna vez qué esconden muchas botellas de aceite de oliva? Resulta que decenas de miles de toneladas de aceite procedente de Túnez entran cada año en la Unión Europea bajo un régimen preferencial, pero luego desaparecen del etiquetado y nadie entiende por qué existe este trato “especial”. Esa opacidad ha encendido las alarmas del sector agrario.

La COAG, principal organización agraria que representa a muchos olivareros españoles, lo ha bautizado como “aceite fantasma”. El problema no es solo que el aceite entre sin pagar aranceles; es que no hay garantía de que el producto llegue al consumidor con su origen y trazabilidad claras y es justamente esto lo que ha encendido las alarmas de la organización y como consecuencia en los consumidores.

Y la pregunta que muchos nos hacemos ahora mismo (tú, como consumidor) es sencilla, si tanto aceite entra a España, ¿por qué casi nunca lo vemos en las etiquetas? ¿Dónde va ese aceite? O aún más importante, ¿estamos comprando un producto sin saber realmente lo que hay dentro de la botella?

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¿Cómo nace el “aceite fantasma”? El agujero negro entre Túnez y la UE

¿Cómo nace el “aceite fantasma”? El agujero negro entre Túnez y la UE
56.700 toneladas de aceite de oliva virgen tunecino pueden entrar libre de aranceles. Fuente: Agencias

El origen del problema está en el contingente preferencial que permite a COAG situar lo que llama “aceite fantasma” en la Unión Europea. Cada año, hasta 56.700 toneladas de este producto tunecino pueden entrar libre de aranceles, envasarse a granel y comercializarse sin los mismos requisitos de trazabilidad, origen o etiquetado que requiere a los productores europeos.

Ese aceite entra al mercado comunitario con un control mucho más laxo, lo que abre la puerta a lo que COAG describe como “un agujero negro en la trazabilidad”, en la práctica, el producto apenas aparece con su procedencia real en etiquetas, lo que deja en la sombra su origen tunecino.

Para muchos productores españoles, eso supone una distorsión grave, mientras ellos cumplen normativas estrictas, con controles de calidad y exigencias claras, el aceite importado a bajo coste entra con ventajas. Esa doble vara de medir no solo altera la competencia, sino que pone en jaque la confianza del consumidor en el etiquetado y en el origen real del aceite que compra.

Un flujo masivo de aceite de Túnez que entra sin controles estrictos

Un flujo masivo de aceite que entra sin controles estrictos
El problema es que ese aceite no está sujeto a los mismos requisitos de trazabilidad. Fuente: Agencias

Cada año, la normativa de la UE permite la entrada de toneladas de aceite de oliva virgen tunecino a granel (o no, porque no existir trazabilidad del producto no se sabe a ciencia cierta de que producto se trata), libre de impuestos, bajo un contingente preferencial. Esa cifra, según COAG, se suele agotar rápidamente al comienzo del periodo.

El problema es que ese aceite no está sujeto a los mismos requisitos de trazabilidad, etiquetado y controles que exige a los productores comunitarios y a los que los agricultores deben someterse. Es decir, puede entrar barato, mezclarse, reimportarse y comercializarse sin que conste su origen real.

Eso crea lo que llaman un “agujero negro” logístico y regulatorio. Según COAG, ese aceite importado podría reutilizarse, mezclarse con aceite europeo o incluso exportarse de nuevo a terceros países tras un proceso de refinado, todo sin que el consumidor o las autoridades sepan a ciencia cierta lo que sucede con él.

¿Qué consecuencias tiene para productores y consumidores?

¿Qué consecuencias tiene para productores y consumidores?
Para el consumidor, la consecuencia es pérdida de transparencia. Fuente: Agencias

Para los agricultores españoles, esta situación supone una competencia desleal. Mientras ellos cumplen normativa, controles de calidad, certificaciones y trazabilidad, el aceite tunecino entra con ventajas, y nadie entiende por qué y nadie da explicaciones. Eso presiona a la baja los precios, reduce la rentabilidad del aceite nacional y pone en peligro a un sector clave.

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Para el consumidor, la consecuencia es pérdida de transparencia. En muchos casos compras aceite pensando que es (o al menos podría ser) español o comunitario,  pero podría contener mezclas de origen desconocido, sin que el etiquetado lo indique. Esa opacidad quiebra la confianza en el producto.

Además, este “aceite fantasma” puede distorsionar el mercado, abaratando artificialmente el producto, alterando la competencia, fomentando prácticas opacas y complicando la trazabilidad real del aceite de oliva en la UE. Un desajuste que pone en riesgo la reputación global del aceite europeo.

Qué exige el sector  y lo que deberíamos exigir como consumidores al aceite de Túnez

Qué exige el sector  y lo que deberíamos exigir como consumidores
Sin trazabilidad fiable, no hay garantía real. Fuente: Agencias

La COAG ha pedido a las autoridades nacionales y europeas que suspendan el contingente preferencial de aceite tunecino mientras no se garantice una trazabilidad equivalente a la del aceite comunitario. También pide reforzar los controles, revisar los mecanismos de importación y envasado, y asegurar que el origen del aceite aparezca de forma clara en las etiquetas.

Porque sin trazabilidad fiable, no hay garantía real. Si todos los aceites (independientemente de su origen) deben cumplir las mismas reglas, se protege al sector, al consumidor y la credibilidad del aceite europeo.

Como consumidor, puedes exigirlo también tú, revisar etiquetas, preguntar por el origen, apoyar marcas que informen claramente o, si puedes, buscar AOVE con denominación reconocida. Así ayudas a mantener un mercado más justo.

Transparencia y conciencia sobre el aceite de Túnez

Transparencia y conciencia para que el aceite hable claro
La próxima vez que compres aceite, puede que esa botella lleve algo más que aceitunas. Fuente: Agencias

El “aceite fantasma”, tal y como se ha calificado, no es solo un titular alarmista, se trata de un síntoma de un sistema con evidentes fisuras que afectan a los productores regionales, consumidores y por supuesto y quizás la parte más preocupante de la historia, la reputación de un producto tradicional de excelencia.

Si queremos que el aceite de oliva mantenga su valor (económico, cultural y gastronómico) necesitamos exigir trazabilidad real, justicia para el campo y honestidad en la etiqueta. La próxima vez que compres aceite, puede que esa botella lleve algo más que aceitunas, lleva decisiones sobre transparencia, calidad y compromiso con quienes lo producen.

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