La factura de la luz podría caer hasta un 45 % en invierno por el viento y el gas barato

El invierno podría traer un respiro inesperado para los hogares: la combinación de un gas inusualmente barato y un otoño lleno de viento apunta a una caída de la luz de hasta el 45 %. Tras años de sobresaltos, el mercado energético, por fin, juega a favor.

Y para los que le temen a las tarifas de electricidad cuando llega el invierno, tenemos buenas noticias. ¿Y si este invierno las facturas no dieran tanto miedo? Parece difícil de creer, pero todo apunta a que enero y febrero podrían llegar con un respiro inesperado para los bolsillos. Después de años mirando el contador como si fuera un thriller, por fin asoma un giro de guion bastante más amable.

La clave está en dos factores que, esta vez, juegan a favor, un gas mucho más barato de lo habitual y un viento que está tirando con fuerza del sistema eléctrico. La combinación, según las previsiones, podría dejar la luz hasta un 45% más barata que el invierno pasado. Y aunque el mercado energético siempre guarda alguna sorpresa, las señales van todas en la misma dirección.

Mientras tanto, el TTF (el indicador de referencia del gas en Europa) encadena mínimos que no se veían desde hace más de un año. Y lo mejor es que no se trata de un espejismo puntual, sino de varias semanas de estabilidad que han puesto el mercado en modo “calma tensa”. Todo esto, sumado a unas temperaturas sorprendentemente suaves, ha frenado la demanda y ha dado un respiro inesperado al sistema.

Publicidad

Un gas en mínimos que cambia el rumbo del invierno

Un gas en mínimos que cambia el rumbo del invierno
Temperaturas más altas de lo habitual, menos calefacción encendida y cargamentos de gas natural licuado entrando a Europa. Fuente: Agencias

A estas alturas, lo normal sería escuchar que el gas vuelve a subir, que Europa está inquieta o que el mercado se ha vuelto loco otra vez. Pero este noviembre ha venido con una cara distinta: temperaturas más altas de lo habitual, menos calefacción encendida y cargamentos de gas natural licuado entrando a Europa sin prisa y sin disputa. Con esa mezcla, el precio del gas se ha quedado entre los 30 y 35 euros por megavatio hora, un nivel que hace un año parecía imposible.

Este escenario tan tranquilo permite algo que no ocurría desde hace tiempo, hacer previsiones sin miedo a que se queden viejas en 48 horas. Si la calma se mantiene, la luz se movería en la franja de 60 a 65 euros el MWh, una cifra que suena casi a ciencia ficción comparada con los picos recientes. Incluso en el caso de que el mercado se pusiera nervioso y el gas subiera a 36-42 euros, la electricidad seguiría más barata que el año pasado, y eso ya es decir mucho.

El viento toma el control del ‘mix’ y hunde la factura del ‘recurso’

El viento toma el control del ‘mix’ y hunde el precio del ‘recurso’
El viento ha tomado el tablero y ha empujado el precio de la electricidad a mínimos de 49 euros el MWh. Fuente: Agencias

Otro protagonista silencioso del desplome de precios ha sido la eólica. Ha soplado en los momentos clave, durante las horas solares y también al caer la noche, justo cuando el gas solía imponer su ley. Esta vez no ha sido así. El viento ha tomado el tablero y ha empujado el precio de la electricidad a mínimos de 49 euros el MWh en noviembre, un descenso que parecía reservado a momentos muy excepcionales.

Esa presencia tan fuerte de la eólica ha cambiado por completo la dinámica del mercado. Cuando hay viento, el sistema se apoya mucho menos en los ciclos combinados y los precios bajan sin esfuerzo. El único riesgo, como siempre, aparece en los días fríos y sin aire, cuando el gas vuelve a tener la sartén por el mango y los precios pueden pegar un brinco. Pero, por ahora, la situación sigue inclinándose del lado más amable para los consumidores.

Un petróleo barato… y sorprendentemente irrelevante en el precio final

Un petróleo barato… y sorprendentemente irrelevante en el precio final
La OPEP+ ha devuelto millones de barriles al mercado y países como Brasil o Guyana siguen sumando. Fuente: Agencias

Aunque solemos asociar cualquier movimiento en el petróleo con una subida inmediata en la energía, este año el Brent parece estar en una liga distinta. Está instalado en el rango de 60-70 dólares y, para sorpresa de muchos, no está generando tensiones en el mercado eléctrico europeo. De hecho, su debilidad responde más a una sobreoferta global que a una crisis clásica de demanda o geopolítica.

Estados Unidos bate récords de producción, la OPEP ha devuelto millones de barriles al mercado y países como Brasil o Guyana siguen sumando. El resultado es un petróleo que flota en abundancia y que, por una vez, no está tirando del precio de la luz ni empujando a Europa a estrategias de emergencia. Es un elemento más de este invierno atípico, en el que casi todas las piezas encajan en un escenario sorprendentemente favorable.

Un invierno que, por fin, se siente un poco más ligero

Un invierno que, por fin, se siente un poco más ligero
Este invierno llega con algo tan simple como necesario, tranquilidad. Fuente: Agencias

Después de años de sobresaltos, este invierno llega con algo tan simple como necesario, tranquilidad. No es una garantía absoluta (el mercado energético nunca lo es), pero sí una oportunidad real de respirar y, quizá, de empezar a mirar la factura sin tanta resignación.

Publicidad

Si el viento sigue acompañando y el gas mantiene el pulso, las próximas semanas podrían marcar un punto de inflexión. Y quién sabe, quizá empecemos a acostumbrarnos a recibir buenas noticias energéticas… y no solo cuando las temperaturas suben.

Publicidad