El avance de la inteligencia artificial es tal que hoy en día se ha democratizado su uso y ha dejado de ser exclusivo para laboratorios tecnológicos o grandes empresas, sino que hoy en día todo el mundo tiene acceso de una u otra manera a este avance tecnológico que tiene también implicaciones en nuestra vida cotidiana.
Entre ellos se encuentra el terreno formativo, donde sigue existiendo un gran debate con respecto a la llegada de la educación personalizada con IA en las aulas. Mientras que hay quienes consideran positiva su integración en el ámbito educativo, otros consideran que es una utopía y que no tiene cabida.
EDUCACIÓN PERSONALIZADA CON INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Tras la nueva reforma educativa, ahora hay otro asunto de debate a tratar, y que tiene que ver con el avance de la inteligencia artificial, que ha dejado de ser exclusivo de grandes compañías para llegar al terreno de la educación.
La irrupción de la IA en las aulas ha generado un debate profundo sobre la manera en la que se enseña en las aulas, cómo se aprende, y sobre todo, cómo es posible adaptar el proceso educativo a las necesidades individuales de cada estudiante.
Es una realidad que no todos los alumnos tienen las mismas necesidades ni capacidades, y el poder adoptar por una educación personalizada que les ayude a sacar su mejor versión y obtener los mejores resultados posibles.
Gracias al auge de la inteligencia artificial, nos encontramos cada vez más cerca de poder conseguir que la educación pueda tener mayor personalización en las aulas. Sin embargo, hay un gran debato entre quienes piensan que puede ser una herramienta real y quienes lo consideran una utopía inalcanzable.
En cada vez más centros educativos se ha apostado por integrar algoritmos que se encargan de ajustar los contenidos y ritmos de aprendizaje en función del rendimiento del alumno. Sin embargo, muchos son reacios a hacerlo y son escépticos con respecto a su funcionamiento real.
¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN PERSONALIZADA IMPULSADA POR INTELIGENCIA ARTIFICIAL?

La educación personalizada con inteligencia artificial se trata de un enfoque pedagógico que adapta los tiempos, contenidos y métodos utilizados de aprendizaje a las necesidades individuales de cada alumno.
El objetivo no es el de tratar a los estudiantes como si fuesen todos iguales, sino evaluar cada caso en particular para poder reconocer que cada uno de ellos tiene un ritmo de aprendizaje diferente, así como unos talentos y habilidades únicos, que junto con sus intereses son los que marcan el camino de aprendizaje ideal.
Gracias a su capacidad para analizar datos en tiempo real, la inteligencia artificial puede ofrecer recomendaciones individualizadas en materia de formación y aprendizaje. Se presenta de esta forma como una gran aliada potencial para poder potenciar el rendimiento de cada alumno.
La IA puede crear sistemas que se ajustan de manera automática para adaptar el nivel de dificultad de las tareas en función del estudiante, al mismo tiempo que existen plataformas que detectan patrones de aprendizaje o dificultades específicas en los alumnos para posteriormente tratarlas.
A pesar de que sobre el papel puede parecer que la inteligencia artificial está repleta de beneficios y que ofrece muchas posibilidades, su adopción sigue planteando retos.
APLICACIONES DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LAS AULAS

Mientras expertos como Miguel Arrufat, director general de la UNIR, insisten en que las universidades que no definan una estrategia de integración de IA tienen el riesgo de quedarse rezagadas, nos encontramos con varias plataformas de IA que están siendo implementadas en entornos escolares. En ellos, la inteligencia artificial aporta aprendizaje personalizado y unos resultados medibles.
Uno de los más extendidos es Smartick, un programa de matemáticas y lectura que, a través de sesiones de apenas 15 minutos, utiliza la IA para ajustar en tiempo real el contenido en función del nivel de cada alumno.
Según asegura la propia compañía, el 94% de los alumnos mejora su cálculo, el 83% de ellos mejoran su nota en matemáticas, y el 50% encuentra mejoras en otras materias. En estudios realizados en 33 colegios con más de mil alumnos de Primaria, se observaron avances del 70% en cálculo y mejoras adicionales en comprensión lectora.
A nivel internacional, una plataforma adaptativa de matemáticas muy conocida es DreamBox Learning, que ayuda a mejorar el rendimiento académico hasta un 25% en tres meses. Recurre también a la IA para encontrar el perfecto desafío y refuerzo para el alumno.
LOS DESAFÍOS DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

En el terreno educativo, la inteligencia artificial ya ha demostrado ser muy útil para algunas funciones específicas, pero existen claros límites acerca de su uso pedagógico y ético. Lo que sí es evidente que la IA puede hacer es analizar grandes volúmenes de datos del rendimiento de los estudiantes, además de detectar patrones de aprendizaje y adaptar automáticamente los contenidos a cada alumno. De esta forma, se pueden generar ejercicios personalizados.
Además, tiene otras ventajas adicionales, entre las que se encuentra el ser una herramienta útil para que los profesores liberen tiempo en tareas repetitivas, como la corrección automática de test objetivos, la administración de contenidos o el análisis de seguimiento.
Los expertos aseguran que la función de la IA no es sustituir a los profesores, y es que informes de la UNESCO y estudios de la Universidad de Stanford recalcan que la IA no puede ni debe tomar decisiones pedagógicas finales. Tampoco debe utilizarse para sustituir el juicio profesional de un docente, ni el acompañamiento emocional o la interacción humana.
A ello hay que sumar que la inteligencia artificial no tiene la suficiente capacidad como para evaluar competencias complejas del alumno, como su creatividad, el pensamiento crítico o la comunicación emocional, al menos al mismo nivel que lo puede hacer una persona.
Igualmente, hay que destacar que existen unos riesgos éticos importantes, pues el uso de la IA en el terreno de la educación plantea muchas preocupaciones. Estas tienen que ver principalmente con la privacidad de los datos, el sesgo algorítmico y la posibilidad de reforzar desigualdades si las herramientas disponibles no se distribuyen de una manera equitativa.






