En el entorno del Real Madrid, y de la mano de Florentino Pérez, se mueve con discreción la que podría ser una de las operaciones más significativas del próximo mercado: la incorporación de Angelo Stiller.
El mediocentro de 24 años, en pleno ascenso en la VfB Stuttgart, ha vuelto a entrar en el radar blanco y, según fuentes ligadas al club, el presidente Florentino Pérez está dispuesto a dar el visto bueno tras la petición expresa del entrenador Xabi Alonso.
Florentino Pérez da el 'ok' para el fichaje de Stiller
La necesidad es real. Desde la retirada de Toni Kroos y la salida de Luka Modric, el Madrid no ha logrado encontrar un mediocentro con características similares.
Uun jugador con control del ritmo del partido, lectura táctica exigente y perfil combinativo. El vacío en esa demarcación ha sido una de las asignaturas pendientes del club en los últimos tiempos.
Stiller cumple con ese perfil: en la Bundesliga ha mostrado temple, visión de juego y precisión en el pase. La pasada temporada registró 47 partidos, 4 goles y 11 asistencias, lo que confirma su impacto ofensivo además de su contribución al equilibrio de su equipo. El Stuttgart, que lo considera una pieza clave, lo ha convertido en uno de los mediocentros más cotizados de su categoría, lo que ha atraído el interés de clubes de calibre como el Manchester United o la Inter de Milán.

La complejidad de la operación radica en la situación contractual del jugador. Angelo Stiller tiene contrato con el Stuttgart hasta 2028 y una cláusula de rescisión fijada en 36 millones de euros que no será efectiva hasta 2026. Eso sitúa su precio, según las estimaciones, en torno a los 60 millones de euros. Su valor de mercado actual se calcula en unos 45 millones. Así pues, la línea de negociación se presenta exigente para el Real Madrid y para Florentino Pérez, que deberá mover ficha con anticipación si quiere cerrar el trato.
Para Florentino, no solo se trata de incorporar talento, sino de hacerlo con criterio. El mercado exige recursos crecientes, y en el caso del mediocentro es clave acertar. Un error reciente en esa zona del campo puede ser determinante. Además, el club blanco debe gestionar la operación sin desequilibrar una plantilla ya exigente en su estructura económica.
Xabi Alonso ya pidió el fichaje de Stiller a Florentino en verano
En ese sentido, la petición de Xabi Alonso tiene un peso muy importante. Su influencia estratégica en las decisiones deportivas del club se ha reforzado con un discurso claro: el Real Madrid debe recuperar el control del juego desde el centro del campo. Con Güler, Tchouaméni y otros nombres en plantilla, la prioridad es encontrar el jugador que aporte lectura de juego, pausa, y conexiones entre líneas. Esa es la valoración que han hecho en los despachos madridistas al valorar a Stiller.
El escenario se va definiendo. Florentino sabe que no puede dejar pasar al jugador si realmente está a tiro, pues el interés ya ha sido detectado por otros grandes de Europa. A mayores, la ventana de oportunidad se estrecha: negociar con el Stuttgart antes de que la cláusula sea efectiva y el precio se dispare es una ventaja competitiva que el Real Madrid no puede descuidar.
¿Y los riesgos? Por un lado, la adaptación del alemán al estilo del Madrid y a la presión que conlleva jugar en el primer equipo merengue. Por otro, la gestión del coste financiero y el impacto futuro en los proyectos de cantera y de otros fichajes. Pero en el balance, la apuesta parece alineada con el perfil de club que apuesta por figuras jóvenes de impacto inmediato.
Para la afición, el fichaje representaría una señal: el Real Madrid sabe que no tiene la plantilla perfecta y sigue buscando los perfiles que definan el futuro. Si finalmente Florentino accede, como parece dispuesto, a fichar a Stiller, daría un paso firme hacia la reconstrucción de la medular, ese centro del juego que tantas veces condiciona los títulos. En la Casa Blanca no solo están pensando en el presente: el proyecto habla de continuidad y de competitividad sostenida. Y en este contexto, Angelo Stiller podría ser la pieza que desencadene la siguiente era blanca.






