La Liga Endesa de baloncesto es una competición exigente, de alto nivel, donde dar el salto como debutante no es garantía de éxito. Y sin embargo, en este inicio de temporada 25‑26 ya se vislumbra un cambio notable: jugadores que llegaron para adaptarse y se están adaptando tan rápido que obvian la fase de aprendizaje tradicional. Nombres como Trey Lyles, Gonzalo Corbalán o David DeJulius ya son titulares en la conversación del arranque liguero.
Tomemos el ejemplo de Trey Lyles. Con promedios que rozan los 15 puntos y más de cinco rebotes por partido, se ha colado entre los diez jugadores más valorados de la competición, a pesar de haber debutado esta temporada. Su acierto en triples, su eficacia en tiros libres y su presencia física le han convertido en una amenaza real desde el primer momento.
Trey Lyles, Corbalán, DeJulius... lo debutantes dan de qué hablar en la Liga Endesa
Con todo, Gonzalo Corbalán es otro caso relevante. Procedente de la Primera FEB, su adaptación al baloncesto ACB en la Liga Endesa está siendo rápida y eficaz. Más de 13 puntos por partido en sus primeras jornadas, junto a una regularidad que le ha permitido superar a jugadores más veteranos en valoración, lo sitúan como uno de los descubrimientos del momento.
Y no sólo hay talentos que provienen del salto interno. David DeJulius, en un equipo joven, ha asumido responsabilidades y ya firma actuaciones que hablan de mucho más que un debutante cualquiera. Con partidos de 25 puntos o más, se ha ganado la confianza del entrenador y el respeto de rivales y compañeros.
Estos casos ilustran algo que iba quedando en segundo plano. Porque en la Liga Endesa, hoy más que nunca, los rookies tienen opciones reales para destacar desde el principio si están preparados. La exigencia es alta, sí, pero también las oportunidades lo son para quienes llegan con hambre, talento y mentalidad.

Los rookies tienen opciones para destacar en la Liga Endesa
El impacto de estos debutantes se nota también en el propio espectáculo de la liga. Afición, medios y clubes leen sus nombres cada jornada. Y para los equipos, estos jugadores aportan frescura, energía, minutos de calidad y un plus de ilusión en proyectos donde la renovación es ya necesaria. Debutantes que no "viven la experiencia", sino que "la protagonizan".
Además, la 25‑26 está confirmando que la transición generacional no es una promesa: es una realidad. Los equipos que invierten en jóvenes, que les dan minutos y responsabilidades desde el día uno, empiezan a recoger los frutos. Y para esas promesas, el desafío no es solo jugar: es aportar, ser relevantes, cambiar el guion.
Claro que aún queda camino por recorrer. Adaptarse al ritmo ACB, al calendario, a las defensas endurecidas y a la presión mediática requiere tiempo. Pero algunos ya están viendo que ese “periodo de rodaje” puede recortarse si las condiciones y la actitud lo permiten.
O lo que es lo mismo; esta Liga Endesa 2025/2026 se presenta como el escenario para una nueva generación que ya no quiere esperar. Ya no se conforman con llegar: quieren impactar. Y la competición lo está reflejando. Porque cuando los debutantes dejan de ser promesas para convertirse en actores de primer nivel, toda la liga gana.







