La Fórmula 1 se acerca a una revolución que está haciendo ya mucho ruido. En 2026 todo cambiará: los motores, las normas, el equilibrio de poder. Un nuevo punto de partida que muchos esperan… y que otros temen. Entre los que miran al futuro con ambición están Aston Martin y Fernando Alonso, que ven en ese cambio una oportunidad para volver al frente de la parrilla.
El equipo británico lleva dos temporadas construyendo un proyecto con una meta muy clara, el de estar preparado para el día en que empiece la nueva era de la F1. Desde el anuncio de su alianza con Honda, cada paso que da Aston Martin tiene un mismo propósito: ser competitivo cuando se apaguen los semáforos en 2026.
La relación con Honda marca un antes y un después. Desde su regreso a la Fórmula 1, Aston Martin ha dependido del motor y la caja de cambios de Mercedes. Eso se acabará. En 2026, el equipo estrenará un propulsor propio, desarrollado por el fabricante japonés, que volverá a ser motorista oficial tras su salida de Red Bull.
Para muchos, es el movimiento que puede cambiarlo todo. Honda dejó su huella en la era híbrida con títulos y victorias. Su regreso con Aston Martin abre un escenario nuevo: una marca histórica en busca de consolidarse y un fabricante que quiere redimirse con un último golpe de autoridad.
Alonso, el gran creyente
Fernando Alonso sabe que no hay oportunidades eternas. De hecho, es fácil que esta sea su última oportunidad de ganar. A sus 44 años en 2026, su futuro en la Fórmula 1 dependerá de lo competitivo que sea el coche. Por eso apostó por Aston Martin cuando muchos creían que su carrera estaba en el ocaso. Y por eso sigue apostando ahora, convencido de que el cambio de reglas puede reabrir puertas que parecían cerradas.

El asturiano ha vivido esta historia antes. En 2005, aprovechó un cambio de paradigma para ganar su primer Mundial con Renault. Entonces también había incertidumbre, nuevas normas y grandes nombres dudando. Alonso fue el que mejor entendió el momento. Ahora busca repetirlo, esta vez con un proyecto como el de Aston Martin que lleva su nombre grabado en el futuro.
Una nueva Fórmula 1
La categoría cambiará su piel. Los coches serán más ligeros, los motores más eléctricos y los combustibles totalmente sostenibles. En teoría, las diferencias entre equipos de F1 en 2026 deberían reducirse. En la práctica, todo dependerá de quién interprete mejor las nuevas reglas.
Y ahí está la oportunidad. McLaren Ferrari y Mercedes seguirán siendo los grandes favoritos, a la epsera de lo que haga Red Bull con su nuevo motor Ford. Pero ningún dominio es eterno. Cuando el reglamento se reinicia, las distancias se acortan. Lo que en 2025 parece inalcanzable, puede ser posible un año después.

Por eso Aston Martin trabaja ya en el AMR26, el coche que debutará en la nueva era. Un proyecto que no solo depende de los ingenieros, sino del enorme complejo tecnológico que Lawrence Stroll está levantando en Silverstone: túnel de viento, simuladores, centro de desarrollo… todo diseñado para reducir la brecha con los mejores.
Todo por volver a ganar
Para Aston Martin, 2026 no es solo un cambio técnico: es su oportunidad de dejar de ser una promesa y convertirse en una fuerza real. El equipo ha invertido más de 250 millones de libras en su infraestructura, ha fichado a ingenieros de Red Bull y Mercedes, y cuenta con un bicampeón decidido a seguir empujando.
No hay garantías. Nadie sabe si el motor Honda funcionará desde el primer día, si el chasis será competitivo o si la apuesta saldrá bien. Pero en la F1, los grandes saltos siempre nacen de los riesgos.
Fernando Alonso lo sabe. Por eso sigue. Porque mientras haya un nuevo reglamento por llegar, una nueva oportunidad por delante, el sueño de volver a ganar no está del todo cerrado. Y en 2026, cuando todo empiece de nuevo, Aston Martin quiere estar ahí. En la línea de salida, mirando al frente, con Alonso al volante… y la esperanza de que esta vez, el cambio juegue a su favor.







