El coche eléctrico avanza imparable, y poco a poco también en España. Cada mes crece el número de vehículos de este tipo en las carreteras y, con ello, también la carga de trabajo para mecánicos en los talleres. Pero mientras la industria presume de sostenibilidad y tecnología, hay un lado que casi nadie cuenta: el de los mecánicos que deben enfrentarse a esta nueva era sin la preparación adecuada y, muchas veces, con sueldos que apenas alcanzan los 1.300 euros al mes.
En los talleres medianos y pequeños, la electrificación ha llegado sin aviso y sin recursos. Muchos mecánicos y trabajadores aseguran que han tenido que aprender por su cuenta, viendo vídeos o preguntando a compañeros, para poder reparar coches híbridos o eléctricos sin asumir riesgos.
LOS MECÁNICOS DE TALLERES PEQUEÑOS Y MEDIANOS SIGUEN SIN CONTAR CON FORMACIÓN PARA COCHES ELÉCTRICOS
Y es que, a diferencia de los vehículos de combustión, un error al manipular las baterías de alta tensión puede costar caro. Una descarga, un cortocircuito o un fallo de procedimiento pueden provocar lesiones graves o incluso incendios.
"Nos hemos tenido que adaptar solos", explica Jairo, uno de los mecánicos en un taller de barrio de Granada al diario QUÉ! con más de diez años de experiencia. "Los coches eléctricos son cada vez más comunes, pero nadie nos enseña cómo tratarlos. Hay peligro de descarga, de incendio… y al final trabajamos con miedo. Lo hacemos como podemos". Sus palabras reflejan una preocupación constante, la de que cada coche que llega al taller supone un problema diferente, y la preparación formal es escasa o inexistente.
Las marcas y las grandes concesiones sí ofrecen cursos específicos, pero son la excepción. En la mayoría de los talleres independientes, la formación no llega o lo hace tarde. Los mecánicos aseguran que las empresas pequeñas no pueden asumir el coste de esos programas, y que muchas veces ni siquiera existen ayudas públicas que los cubran.

"Intentamos leer manuales y hacer cursos online", añade Jairo. "Pero no es lo mismo que recibir formación profesional. Cuando llegamos a un coche nuevo, todo es ensayo y error", continúa a este diario.
LOS PELIGROS DE MANIPULAR COCHES ELÉCTRICOS SIN FORMACIÓN: "NADIE NOS ENSEÑA A TRATARLOS"
En las grandes ciudades, la situación es distinta. Allí, el volumen de trabajo y la presencia de coches eléctricos es mayor, y eso ha obligado a los talleres a ponerse al día. Pero fuera de esos núcleos, la realidad es otra: profesionales que intentan adaptarse como pueden, sin material, sin protección y sin reconocimiento. "Si no estás actualizado, te quedas atrás", explica Juan, compañero de este mecánico. "Y no solo es perder clientes; es peligroso para nosotros y para el coche que estamos reparando".
La diferencia también se nota en los sueldos. Aunque algunos mecánicos han invertido en cursos o certificaciones para especializarse, esa formación rara vez se traduce en una mejora salarial. «Da igual si sabes reparar eléctricos o no", cuenta. "Aquí cobramos lo mismo todos, y eso que los riesgos y la responsabilidad son mayores". La falta de incentivos financieros desmotiva y refuerza la sensación de precariedad en un sector que, en apariencia, está en auge.
JAIRO, MECÁNICO EN UN TALLER DE BARRIO DE GRANADA: "Cada vez que abro el capó de un eléctrico pienso dos veces en lo que tengo que hacer"
Según datos recientes, el parque de coches eléctricos e híbridos en España ha crecido más del 40% en los últimos dos años. Sin embargo, el número de talleres con formación específica para estos vehículos no ha seguido la misma curva. Esto crea un desajuste entre la demanda de servicios y la capacidad técnica de los profesionales que deberían ofrecerlos. Muchos clientes asumen que cualquier taller puede reparar un coche eléctrico con la misma seguridad que uno de combustión, y la realidad demuestra que no es así.

CABLS, BATERÍAS O GUANTES AISLANTES IMPROVISADOS
El coche eléctrico se presenta como el futuro de la movilidad, pero su expansión está dejando atrás a quienes deberían sostenerlo. Sin una formación adecuada, los talleres pequeños se enfrentan a un problema que va más allá de lo económico: la seguridad. Incluso, como señalan desde Norauto, trabajar con sistemas de alta tensión sin la preparación necesaria no solo compromete a los empleados, también a los clientes que confían en ellos. "Cada vez que abro el capó de un eléctrico pienso dos veces en lo que tengo que hacer", confiesa este mecánico de un pequeño barrio de Granada.
SIGUEN PIDIENDO MAYORES MEDIDAS DE SEGURIDAD Y UN SALARIO JUSTO
Mientras las grandes marcas y los fabricantes celebran avances tecnológicos, en muchos talleres la realidad es menos brillante. Hay cables, baterías, guantes aislantes improvisados y trabajadores que hacen malabares para no quedar fuera del nuevo mercado. Los talleres medianos y pequeños se ven obligados a improvisar protocolos y métodos de seguridad, y los mecánicos dependen más de su experiencia personal que de la formación oficial.
El cambio hacia la movilidad eléctrica no solo exige puntos de carga y coches más limpios. También necesita que quienes los reparan puedan hacerlo con seguridad y un salario justo. Porque sin mecánicos formados, el futuro del coche eléctrico podría ser mucho menos seguro de lo que parece.







