Alcaraz y los dos caminos al número 1: un pulso contra el calendario... y Sinner

El tenis profesional no concede segundas oportunidades. Cuando Carlos Alcaraz dejó escapar su debut en el Masters 1000 de París (derrotado por Cameron Norrie en un partido que parecía controlado), se abrió una grieta en su aspiración de concluir 2025 como número 1 del mundo.

Lo que parecía una senda tranquila se ha convertido en un escenario más tenso: el murciano contra el reloj, contra el calendario y ante un rival como Jannick Sinner que busca su revancha ante las últimas victorias del de El Palmar.

Carlos Alcaraz defiende puntos para el número 1

La derrota en París no es cualquier traspié. En ese torneo, Carlos Alcaraz defendía puntos esenciales, y al caer en primera ronda quedó con 11.250 puntos en su ranking ATP. Por su parte, Jannik Sinner, con su excelente rendimiento reciente, cuenta con margen para superar al español: si gana el torneo parisino, alcanzaría los 11.500 puntos, desplazando a Alcaraz del trono.

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Por tanto, el número 1 no dependerá únicamente de Carlos Alcaraz sino también de los resultados de su competidor, ese es el primer camino. Sinner debe caer antes de la final para que Alcaraz conserve su posición de privilegio. Pero este camino es impreciso, incierto, dependiente de variables ajenas.

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Fuente: ATP

El segundo camino es algo más íntimo, como será retomar el control en las ATP Finals de Turín. Allí, Alcaraz tiene garantizado un escenario en el que puede depender de sí mismo. Aunque llegue al torneo por detrás de Sinner en puntos, con dos victorias bastaría para reconquistar la cima. En sus propias manos está la posibilidad de revertir el guion.

Las ATP Finals no han sido nunca el mejor lugar para Carlos Alcaraz

Sin embargo, este plan tiene su sombra. El torneo de Maestros no ha sido un lugar propicio para Alcaraz en ediciones recientes. En la pasada edición solo logró una victoria en tres partidos, derrotó a Rublev (considerado el 'más accesible' del grupo) y cayó frente a Ruud y Zverev.

El escenario que se perfila es el siguiente: Sinner, al alza, con margen para conquistar París y llevarse el número 1. Alcaraz, con plena confianza depositada en Turín, obligado a recomponerse para una cita final en la que cualquier paso en falso puede ser letal.

Sinner al acecho

El verdadero desafío de Alcaraz no está solo en las pistas. Mantener el número 1 exige lidiar con un calendario agotador, torneos que se acumulan y un desgaste físico y mental que puede pasar factura en cualquier momento. Cada partido, cada tie-break, se convierte en un examen de resistencia y concentración. La presión de estar en lo más alto es invisible pero constante; la expectativa y el miedo a fallar pesan tanto como cualquier rival en la pista.

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Carlos Alcaraz y Sinner en una de las finales de 2025 Fuente: Agencias

Sinner, su perseguidor, no se queda atrás. Su buen momento le da margen para soñar con el trono. Porque si consigue un resultado brillante en París, podría arrebatarle el primer puesto antes de llegar a Turín. Eso significa que Alcaraz no solo lucha contra sí mismo, sino también contra las posibilidades de su adversario.

Y luego están las ATP Finals, la última carta de Alcaraz para depender únicamente de sus propios resultados. Allí se juega el control total, pero también la tensión máxima. Un paso en falso, un mal día, y todo puede escaparse. El historial reciente en este torneo muestra que no ha sido su territorio más seguro; la consistencia es clave y aún le falta demostrarla en estas citas de élite.

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Al final, lo que define este pulso no son solo los puntos o los partidos ganados. Es la capacidad que tiene Carlos Alcaraz de resistir la presión, de recomponerse tras un traspié y de mantener la cabeza fría mientras cada movimiento es observado por el mundo.

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