El mundo de la medicina sigue dando pasos hacia adelante. En este caso nos encontramos con unos nuevos implantes que parecen propios de la ciencia ficción, pero que ya están cerca de convertirse en una realidad: una nueva tecnología que es capaz de revolucionar la cirugía ortopédica.
Un equipo de investigadores ha desarrollado unos implantes que están diseñados para prevenir infecciones tras las operaciones quirúrgicas, al mismo tiempo que contribuyen a acelerar la regeneración del hueso, una innovación que puede marcar un antes y un después en las prótesis.
NUEVOS IMPLANTES ORTOPÉDICOS

Mientras esperamos el salto definitivo de la IA al mundo sanitario, como ha asegurado Sam Altman, CEO de OpenAI, nos encontramos con un nuevo e importante avance en el terreno sanitario. Un equipo de la Universidad Flinders (Australia) ha desarrollado un nuevo tipo de implante ortopédico.
Este se encuentra basado en una innovadora combinación de metal líquido y biocerámica, un avance con el que se buscará reducir las infecciones postoperatorias, pero también mejorar la integración con el hueso y extender la vida útil de las prótesis.
Cada año se realizan cerca de un millón de reemplazos de rodilla y cadera solo en Estados Unidos, unas intervenciones que devuelven la movilidad y calidad de vida a los pacientes. Sin embargo, en torno a un 2% de los pacientes sufre infecciones articulares periprotésicas, que es una grave complicación con difícil tratamiento.
Una vez que las bacterias se alojan en una parte del implante, los antibióticos son a menudo insuficientes, lo que lleva a ser necesaria la retirada de la prótesis y repetir la cirugía. Por este motivo, la comunidad médica lleva mucho tiempo tratando de desarrollar materiales que sean biocompatibles, resistentes y antimicrobianos.
CÓMO ACTUAN ESTOS IMPLANTES EN EL CUERPO

El equipo de científicos australianos diseñó una estructura 3D de hidroxiapatita, un componente natural de los huesos humanos, en este caso incrustada con nanopartículas líquidas de plata y galio. De esta manera se ha dado origen a un andamio bioactivo con una doble función: eliminar bacterias en los implantes y estimular el crecimiento óseo alrededor del material.
El galio-plata tiene una propiedad particular, que tiene que ver con el hecho de que es capaz de destruir las paredes celulares de las bacterias, haciendo que pierdan su contenido interno y mueran. Esta acción directa permite evitar la aparición de resistencias bacterianas y se protege la zona del implante, incluso frente a patógenos peligrosos como Pseudomonas aeruginosa o Staphylococcus aureus.
"El material ofrece una defensa sin antibióticos y mejora la consolidación ósea", ha explicado Ngoc Huu Nguyen, investigador postdoctoral de Flinders, de manera que quiere dejar clara la importancia que tiene este avance que puede marcar un antes y un después en lo que respecta a los implantes óseos.
Este nuevo tipo de implante buscará acabar con el problema silencioso de cirugía ortopédica, gracias al uso de un metal líquido capaz de resistir infecciones y acelerar la regeneración del hueso. Aunque hasta ahora parecía algo propio de la ciencia ficción, hoy en día podemos hablar de una realidad. En cualquier caso, aún resta camino por recorrer hasta poder confirmar esta gran revolución para las cirugías ortopédicas del futuro.
EL POTENCIAL DE ESTE AVANCE EN LOS IMPLANTES

El potencial del material va más allá de que se pueda utilizar para reemplazos articulares, ya que se podrá usar en el caso de fusiones espinales, fracturas infectadas, cementos óseos de nueva generación, e incluso dar lugar a implantes personalizados mediante la impresión 3D. Estos pueden ser realmente interesantes en el caso de pacientes con tumores óseos o lesiones craneales.
Por otro lado, también abre las puertas a la posibilidad de desarrollar dispositivos implantables autónomos para tratar afecciones crónicas como el pie diabético o pérdida ósea por cáncer. En todos estos casos, la ventaja es la misma y, además de ofrecer una mayor durabilidad, se disfruta de un menor riesgo de infección y recuperación más rápida.
Los reemplazos ortopédicos actuales suelen requerir una segunda operación después de 15-20 años. Cada cirugía de revisión tiene una mayor complejidad e implica mayores riesgos, y con este nuevo material, al conseguir integrarse mejor con el hueso y mantener alejadas a las bacterias, podría reducir de forma notable la necesidad de reintervenciones.
Las pruebas preclínicas que se han hecho en animales han ofrecido unos resultados prometedores, tras comprobar cómo el implante con metal líquido consiguió eliminar bacterias resistentes y fortaleció la unión entre el hueso y el implante. Se trata, por lo tanto, de una tecnología que puede mejorar los resultados quirúrgicos, sobre todo en pacientes de alto riesgo.
UN AVANCE HACIA LOS IMPLANTES INTELIGENTES

Este es un gran avance médico que se suma a otros como la creación de sangre artificial por parte de científicos japoneses dispuestos a transformar la medicina global. El uso de metales líquidos puede llevar a una nueva generación de prótesis "inteligentes", una serie de implantes que podrán interactuar con el entorno biológico. Esta es una gran diferencia con respecto a las soluciones actuales, que se limitan a reemplazar una estructura dañada.
Si los ensayos clínicos realizados en personas confirman los resultados obtenidos en las pruebas en animales, los cirujanos pasarían a tener en su poder implantes que previenen infecciones y se adaptan a cada paciente, además de estimular la regeneración natural del hueso. De esta forma, estamos ante un avance que puede tener una gran relevancia médica.
La ciencia ha vuelto a demostrar que hay mucho aún por crear y desarrollar, y gracias a los avances de los científicos estaremos cada vez más cerca de encontrar más y mejores soluciones en diferentes campos de la medicina.
En este caso en particular, nos encontramos ante una tecnología médica revolucionaria para combatir las infecciones en implantes óseos, que afectan a un gran número de personas. La tasa de infección varía en función del tipo de implante, y van desde un 1%-3% para implantes de cadera y rodilla hasta un 22% en el caso de la periimplantitis en implantes dentales.







