Carlos Alcaraz sigue rompiendo barreras dentro y fuera de la pista. El murciano no solo domina en los torneos más exigentes del circuito, sino que también empieza a dejar huella en la historia del tenis por motivos que trascienden lo deportivo.
Su raqueta de Wimbledon 2023, la misma con la que conquistó su primer título sobre la hierba londinense ante Novak Djokovic, ha sido subastada por 173.000 dólares (unos 149.000 euros), convirtiéndose en la raqueta más cara jamás vendida en el tenis.
La raqueta de Carlos Alcaraz que ya es historia
Con esta cifra, Carlos Alcaraz supera el récord que hasta ahora pertenecía a Rafa Nadal, cuya raqueta de Roland Garros 2017 fue adquirida por 157.000 dólares (135.000 euros). El relevo simbólico entre el pasado y el futuro del tenis español se consuma también fuera de la pista, con una pieza que ya es parte del legado deportivo nacional.
La raqueta de Alcaraz no es un simple objeto de colección. Representa un momento clave en la historia reciente del tenis: la final de Wimbledon 2023, cuando el español, con apenas 20 años, derrotó al entonces campeón Djokovic en un partido que muchos ya comparan con los grandes duelos de la era dorada.

Fue el punto de inflexión en su carrera, el instante en que el joven de El Palmar pasó de promesa a realidad. Aquella tarde, con nervios de acero y golpes imposibles, Alcaraz demostró que había llegado para quedarse. Esa raqueta fue testigo directo de la coronación del nuevo rey del tenis moderno.
El año que consolidó a Carlos Alcaraz
Desde aquel logro, Carlos Alcaraz no ha dejado de sumar títulos y récords. En esta temporada 2025 ha ganado Roland Garros, el US Open y varios Masters 1000 (Montecarlo, Roma y Cincinnati). Con apenas 22 años, ya es bicampeón de Grand Slam y se mantiene entre los tres mejores del mundo, alternando el número uno con Jannik Sinner y Novak Djokovic.
Más allá de los trofeos, lo que impresiona en Alcaraz es su madurez competitiva. A diferencia de otros talentos precoces, su evolución parece no tener techo. En la pista combina la agresividad de Federer, la intensidad de Rafa Nadal y la capacidad táctica de Djokovic. Pero su juego tiene una identidad propia: alegre, eléctrico y valiente.
El hecho de que una raqueta suya supere en valor a la de Nadal es más que una anécdota. Es una metáfora del cambio de era. Nadal, el gladiador de Manacor, construyó una leyenda inigualable basada en la épica, la constancia y 22 títulos de Grand Slam. Alcaraz, en cambio, representa la nueva generación: energía joven, sonrisa permanente y una ambición desbordante que recuerda a los inicios del propio Rafa
Y aunque la comparación entre ambos es inevitable, Alcaraz nunca ha escondido su admiración por Nadal. "Rafa siempre será mi ídolo, el referente que me enseñó que todo se puede conseguir con esfuerzo", dijo en una entrevista reciente. Hoy, ese respeto mutuo se transforma en una herencia compartida: el testigo de la historia pasa de una mano a otra.
En el mundo del deporte, los objetos que marcaron momentos históricos acaban convertidos en tesoros. En este caso, la raqueta de Alcaraz no solo se pagó por lo que vale, sino por lo que representa: la llegada de un nuevo ciclo.
Carlos Alcaraz está construyendo un relato propio. Con cada título, con cada partido épico y ahora con esta raqueta convertida en pieza de museo, el español va tejiendo su legado. En apenas unos años ha pasado de ser "el heredero de Nadal" a ser simplemente Carlos Alcaraz, una figura que ya marca su propia era.
El tenis español tiene continuidad. Nadal abrió el camino; Alcaraz lo está ampliando. Y aunque la raqueta subastada sea un símbolo, su verdadero valor está en lo que representa: el punto exacto donde el pasado glorioso y el futuro brillante se dan la mano.
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