Los problemas cotidianos y las pequeñas cosas por las que te desesperabas ayer, tal vez incluso por las que te enfadaste, de repente parecen triviales y pequeñas ante el gran duelo. Elisabeth Kübler-Ross, una de las investigadoras más conocidas en temas de la muerte, ha determinado 5 fases que son esenciales para procesar después de un fallecimiento, una pérdida o durante enfermedades terminales.
Otros autores han ampliado estas fases del duelo para agregar dos más, desorganización y culpa, por lo que se incluyen aquí, determinando así las 7 fases del duelo. ¿De qué sirve saber las fases? En rigor, este conocimiento se puede aplicar siempre que ocurra una pérdida abrupta para llevarte al proceso de aceptación, ¿en qué circunstancias se aplica?
- El fin de una relación
- El final prematuro de una amistad
- Y por supuesto, la muerte de un ser querido.
Dependiendo de la conexión y proximidad con la persona/animal respectiva, uno experimenta las fases individuales más intensamente y durante más tiempo. Saber dónde están es de gran ayuda para los afectados. De esta manera, pueden formar una entidad temporal a partir de este estado de tristeza casi interminable. Con el conocimiento de la necesidad y razón de ser de cada fase individual, también se les quita el horror. Al final de la séptima fase, puedes comenzar la sanación más importante.
Las 7 fases del duelo: ¿Cómo determinar en cuál estás?

- Negación: "Debe haber un error"
Algo así es probablemente lo primero que piensas cuando suena el teléfono y te informan de la muerte de un ser querido. No quieres creer la noticia, la suprimes y así la "deshaces". A menudo, un nivel en nosotros, el racional, sabe que el mensaje es correcto y, sin embargo, nuestro nivel emocional se defiende fuertemente contra él con todo lo posible.
¿Qué ayuda e esta fase del duelo? No trates de luchar contra eso. Esta fase suele terminar por sí sola y con relativa rapidez. Solo si esto persiste después de algunas semanas es más seguro buscar ayuda profesional.
- Rabia: "¿Por qué a él o a ella?"
Las acusaciones, el odio y la ira se propagan cuando el ser amado nos deja. Dependiendo del tipo de muerte, estos podrían estar dirigidos a los médicos que hicieron muy poco para salvar al ser querido. O puedes dirigirlo a los involucrados en el accidente y si no se puede encontrar a nadie, nuestra ira en esta fase se dirige a Dios, el universo o alguna otra autoridad intangible. La ira es importante y correcta.
¿Qué ayuda? En cualquier caso, no reprimas la ira del duelo. Sale de una forma u otra y conviene dejarlo fluir conscientemente. Por supuesto, no estamos hablando de atacar a otras personas aquí. Encuentra canales para expresar ese sentimiento: grita, golpea algo suave, habla con otros al respecto, escribe cada pensamiento desagradable o encuentra otras formas de desahogar tu ira.
- Culpa: "Debería haber actuado de otra manera"
No podemos cambiar nada. Después de la muerte no podemos repetir una palabra, deshacer una acción. Especialmente en el caso de muertes accidentales, donde a menudo realmente hay alguien a quien culpar, es difícil para los dolientes salir de esta fase.
¿Qué ayuda? Es aconsejable que cualquier persona que se sienta atrapada en esta fase durante demasiado tiempo busque ayuda. Las cuestiones de la culpa pueden ser agotadoras y extenderse a otras situaciones de la vida. Obtén ayuda profesional desde el principio para deshacerte de él.
- Desorganización: "Me siento raro"
Los sentimientos que surgen en esta fase del duelo hacen que rápidamente te sientas abrumado: el miedo, el asco, el alivio, la duda y la tristeza caen sobre nosotros como una montaña rusa. ¿Qué ayuda? Habla con amigos o consejeros sobre cualquier sentimiento y no te avergüences de ninguno de ellos. Cada uno tiene su lugar aquí.
- Negociar y jugar: "Haría cualquier cosa para deshacerlo"
Como si lo sucedido fuera un castigo del universo, en esta fase tratamos de reescribir el destino, negociar con él y conseguir un mejor trato. Esto a menudo se superpone con la fase 1 (negación). ¿Qué ayuda? Es importante entender que la negociación y esta disputa con "Dios", la vida, o el universo en sí, es parte del proceso de curación. Y aunque es irracional usarlo para resucitar a una persona fallecida, sigue siendo esencial para procesar la noticia del fallecimiento de un ser querido.
- Depresión: "No tiene ningún sentido"
Después de la muerte, parece difícil para muchos familiares volver a su vida cotidiana. Todo lo que solía traer diversión y energía, como jugar al fut con amigos o hacer senderismo los domingos, de repente parece completamente inútil. Esta apatía puede conducir a un estado de ánimo depresivo o ansioso. ¿Qué ayuda? Date tiempo para esta fase del duelo.
A menudo se necesitan varios meses para que desaparezca este sentimiento de depresión y apatía. Nuevamente, no te avergüences de buscar ayuda profesional si sientes que no puedes manejarlo por tu cuenta.
- Aceptación: "Está bien"
En esta fase puede comenzar el proceso de curación. Sí, has leído bien: empieza aquí. Porque es solo en esta fase que uno acepta el hecho de que una persona no volverá y, entonces, te sientes libre de sentimientos de culpa o reproches.
Vuelve el interés por otras personas o actividades, puedes reírte de nuevo y disfrutar de la vida. ¿Qué ayuda? Después de esta fase, los dolientes a menudo sienten la necesidad de probar algo completamente nuevo y, a veces, incluso tienen la sensación de que han aprendido algo a través de la pérdida. Sí, para crecer con él y tal vez incluso debes ver un significado detrás del duelo