La ciberseguridad en nuestro día a día se ha convertido en un auténtico campo de minas, y según la experta Karina Pérez, hay un descuido que nos pone en jaque. El gesto más habitual al pagar con el móvil, ese que hacemos sin pensar, esconde un riesgo que 9 de cada 10 usuarios ignoran por completo y que puede llegar a vaciar tu cuenta bancaria sin que te enteres. ¿La pregunta es si tú eres uno de ellos?
Esa comodidad de pagar sin contacto es una maravilla moderna, pero también puede ser un peligro silencioso si no se gestiona con cabeza. La propia Karina Pérez lo confirma con una sentencia preocupante: "9 de cada 10 usuarios cometen este descuido con el pago móvil y facilitan el robo total". Lo peor es que la solución para este fallo de protección digital es insultantemente sencilla y apenas te llevará un minuto de tu tiempo.
EL GESTO INOCENTE QUE ABRE LA PUERTA A LOS LADRONES
Casi nadie repara en ello, pero ese simple gesto de acercar el teléfono al datáfono tiene una preparación previa que solemos olvidar por completo. La costumbre de llevar una función del móvil siempre activada convierte nuestro bolsillo en un objetivo increíblemente fácil para los ciberdelincuentes, tal y como señala la especialista Karina Pérez. Esta falta de una mínima higiene digital es lo que nos expone a diario sin darnos cuenta.
El problema no es el acto de pagar, sino lo que dejas encendido justo después de hacerlo. Los delincuentes con la tecnología adecuada pueden aprovecharse de esa conexión permanentemente abierta. Un ladrón cercano con un terminal específico podría clonar los datos de tu tarjeta o realizar micro-pagos sin que lo notes al instante. Karina Pérez insiste en que el desconocimiento de este riesgo es lo que pone en jaque nuestra privacidad en internet.
¿POR QUÉ TU MÓVIL ES MÁS VULNERABLE DE LO QUE PIENSAS?

Hemos convertido el teléfono móvil en nuestra cartera, nuestro DNI y hasta en nuestra agenda personal. Contiene las llaves maestras de nuestra vida digital, pero a menudo lo tratamos con la seguridad de un simple ladrillo. La concentración de datos sensibles en un único dispositivo lo transforma en el botín más deseado por cualquier ladrón de datos, lo que exige mejorar la seguridad en la red de nuestros aparatos.
La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, pero nuestros hábitos de protección digital no siempre lo hacen a la misma velocidad. "El eslabón débil casi siempre es el humano", recuerda a menudo Karina Pérez. El exceso de confianza y el desconocimiento de funciones básicas son las principales vulnerabilidades que los atacantes explotan con éxito, aprovechando que damos por hecho que el móvil es seguro por defecto.
EL NFC: LA AUTOPISTA DE DOBLE SENTIDO PARA TUS DATOS
Hablamos, cómo no, de la tecnología NFC, la que permite la comunicación inalámbrica a muy corta distancia. Es la magia que hace posible el pago móvil, pero es una conexión que emite señales. Dejar el NFC encendido de forma permanente es como dejar la puerta de casa entreabierta por si tienes que salir con prisas. Este descuido, como denuncia Karina Pérez, es el que afecta a "9 de cada 10 usuarios".
Un NFC activo es como un cartel luminoso para quien sepa cómo buscarlo en una multitud. Aunque el riesgo de un ataque a gran escala es bajo, el peligro de un robo oportunista en un lugar concurrido es muy real. Los ciberdelincuentes más preparados solo necesitan estar a unos pocos centímetros para intentar capturar la señal y acceder a tus datos de pago. Una correcta ciberseguridad pasa por gestionar activamente estas conexiones.
LA SOLUCIÓN DE UN MINUTO QUE KARINA PÉREZ RECOMIENDA

La solución es tan simple que parece mentira. Consiste en apagar el NFC y encenderlo únicamente cuando vayas a pagar. En la mayoría de los móviles, basta con deslizar el menú superior y pulsar su icono. Crear el hábito de activar y desactivar esta función a voluntad elimina de raíz el 99 % del riesgo asociado a este tipo de robo. La conciencia sobre la ciberseguridad es igual de importante en cualquier sistema.
Este gesto de apenas un minuto es el que la experta en ciberseguridad Karina Pérez recomienda para evitar el "robo total" del que alerta. No requiere instalar aplicaciones ni tener conocimientos de seguridad informática. Convertir esta pequeña acción en un acto reflejo es la mejor barrera que podemos poner contra el fraude electrónico oportunista y dormir un poco más tranquilos por las noches.
MÁS ALLÁ DEL PAGO: OTROS RIESGOS QUE EVITAS CON ESTE GESTO
Pero el riesgo no se limita solo a los pagos con tarjeta. Un NFC vulnerable podría, en teoría, ser una puerta de entrada para otro tipo de ataques o incluso para instalar software malicioso. Mantener desactivadas las conexiones que no son necesarias en ese momento reduce las posibilidades de que alguien explote una brecha de seguridad desconocida en el sistema operativo de tu teléfono móvil.
Al final, todo esto se reduce a una simple cuestión de hábitos digitales saludables. La tecnología nos ha dado herramientas increíbles, pero también nos exige una responsabilidad mucho más activa. Adoptar esta sencilla costumbre no solo protege tu dinero, sino que fortalece tu mentalidad de prevención frente a las amenazas cibernéticas, un gesto que te devuelve el control y te permite disfrutar de la comodidad sin pagar un precio oculto.