Antonio Lobato relata el aislamiento de Fernando Alonso en McLaren durante 2007

El periodista Antonio Lobato ha compartido recientemente un relato íntimo y poco conocido sobre Fernando Alonso y lo que ocurrió dentro de McLaren en 2007. Una temporada marcada por la tensión interna y la intensa rivalidad entre Fernando Alonso y Lewis Hamilton.

Aquella campaña no solo fue una batalla deportiva en la pista, sino también una guerra interna en el paddock, que dejó secuelas emocionales y profesionales para el asturiano.

Antonio Lobato revela las presiones internas entre Fernando Alonso y McLaren en 2007: "Era la mesa de los apestados"

Según comentó Lobato, el ambiente dentro del equipo británico llegó a ser tan hostil que Alonso vivió un aislamiento que trascendía lo profesional. Ni siquiera el personal de McLaren se acercaba a atenderle en el hospitality. Este episodio, según el narrador, quedó grabado como uno de los momentos más duros de la carrera de Fernando.

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La rivalidad Alonso-Hamilton fue una de las más mediáticas en la historia reciente de la Fórmula 1. En 2007, Lewis Hamilton debutaba con McLaren y rápidamente se convirtió en una amenaza real para Alonso, vigente bicampeón mundial. Según Lobato, la presión en el equipo y las disputas internas acabaron afectando no solo el rendimiento deportivo, sino también la convivencia diaria.

Una temporada marcada por la tensión

En ese contexto, el periodista recuerda que el hospitality de McLaren se convirtió en un espacio "dividido". Fernando Alonso, acompañado por su entorno más cercano, incluyendo su entonces esposa Raquel del Rosario, ocupaba una mesa separada del resto del equipo.

El distanciamiento fue tal que incluso los camareros evitaban acercarse a su mesa. Lobato describe que la escena se repetía a lo largo de varias carreras: el piloto español debía levantarse personalmente o pedir ayuda a su equipo para que le sirvieran comida o bebida.

Según cuenta Lobato en SoyMotor, Raquel del Rosario bautizó aquel rincón como "la mesa de los apestados", un apodo que reflejaba claramente la tensión que vivía Alonso en McLaren.

antonio lobato aislamiento fernando alonso mclaren 2007 Fuente: Agencias
Fernando Alonso y Lewis Hamilton en la época de McLaren en 2007 Fuente: Agencias

La presión no se limitaba al trato dentro del paddock. Lobato añade que Fernando también afrontaba constantes dudas técnicas: subir al coche sin garantías sobre su seguridad o rendimiento se convirtió en algo habitual. “Fernando tenía que subirse al coche acojonado porque no sabía si el coche era seguro, si tenía las presiones correctas, si el motor perdía décimas o no perdía décimas”, relató.

"Fernando Alonso tenía que subirse al coche acojonado porque no sabía si el coche era seguro"

Este clima de incertidumbre, unido a las disputas internas, marcó la temporada de McLaren. A pesar de que Alonso peleó hasta el final, la experiencia dejó huella en su carrera.

La tensión acumulada condujo a Fernando Alonso a tomar una decisión difícil: abandonar McLaren. Según Lobato, fue un acto de valentía. “Me pareció muy valiente por parte de Fernando que dijera, ‘yo me piro de aquí, porque no me merece la pena’. No le merecía la pena el sufrimiento y la tensión”, afirmó. Esa salida puso fin a una etapa turbulenta, pero también abrió una nueva fase en la carrera de Alonso, con el regreso a Renault y nuevos retos deportivos.

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Un capítulo clave en la historia de Alonso

Años después, en 2015, Alonso regresó a McLaren en una etapa muy distinta para ambos. Lobato confesó que aquel regreso le produjo sentimientos encontrados, especialmente al ver una foto del piloto abrazando a Ron Dennis, entonces jefe del equipo. “Lo que me mató fue cuando volvió a McLaren en 2015 y esa foto con Ron Dennis. A mí, personalmente, eso me dolió”, comentó.

La temporada 2007 sigue siendo recordada como una de las más intensas de Fernando Alonso. Más allá de la lucha deportiva, fue una prueba de resistencia emocional. El relato de Antonio Lobato aporta una visión interna y personal de aquel conflicto, dejando claro que la Fórmula 1 no solo es una batalla de velocidad, sino también de estrategia, tensiones humanas y decisiones difíciles.


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