La ciencia no deja de dar con hallazgos que tienen una gran importancia para la vida en el planeta, tanto en el presente como en el futuro, y ahora los investigadores han dado con un fenómeno natural que puede explicar el surgimiento de nuevas especies.
Se trata de un fenómeno un tanto inquietante para la comunidad científica, ya que se ha podido comprobar cómo las estaciones del planeta no se producen de una manera uniforme a lo largo de todo el planeta, habiendo perdido la sincronía en algunos puntos clave.
UN FENÓMENO QUE PUEDE DAR LUGAR A NUEVAS ESPECIES

Mientras la ciencia nos sigue sorprendiendo, encontrando una criatura extinta de 9.000 años que podría regresar a la vida, ahora nos hemos encontrado con un conjunto de investigaciones que están basadas en imágenes satelitales que han permitido conocer la existencia de un fenómeno natural inquietante.
Los científicos han encontrado evidencias de que las estaciones del planeta no se producen de manera uniforme en todo el mundo, y que en algunos puntos clave se ha detectado que no existe sincronía.
La investigación publicada en la revista Nature ha confirmado que la llegada de los picos de crecimiento vegetal no se sucede de una manera simultánea en ecosistemas cercanos. De esta manera, lo que de forma tradicional se consideraba una secuencia regular de estaciones, ahora se dan distintos ritmos que hacen que ahora se cuestione nuestra percepción del calendario natural.
En el estudio se ha encontrado cómo las diferencias más notables se encuentran en zonas de clima mediterráneo y en cordilleras tropicales. En estas regiones, factores como los regímenes de lluvia, la orografía y los vientos generan un desfase perceptible en los ciclos de la vegetación.
De esta manera, se ha encontrado como bosques situados a pocos kilómetros de distancia unos de otros, pueden encontrar que su máxima actividad biológica se da en momentos diferentes. Y esto provoca alteraciones en la disponibilidad de agua, nutrientes e incluso en el comportamiento de los animales que dependen de esas plantas.
APARICIÓN DE NUEVAS ESPECIES

Los expertos han destacado que esta asincronía no es una simple curiosidad ni una anécdota, sino que se trata de una circunstancia que se da y que tiene efectos de gran importancia para el planeta, por lo que se le debe dar la relevancia que merece.
Si distintas poblaciones vegetales florecen, fructifican o liberan semillas en periodos desajustados, esto hará que, con el paso del tiempo, pueda existir una discordancia en sus procesos reproductivos, con lo que ello puede suponer para los ecosistemas.
De acuerdo con las palabras del investigador Drew Terasaki Hart, esta separación en los calendarios biológicos podría llevar a que aparezcan nuevas especies y, por lo tanto, provocar que exista un aumento de la diversidad ecológica.
En un principio hay quienes pudiesen pensar que se trata de algo positivo, pero la realidad es que desafía la estabilidad de los ecosistemas, dado que algunos animales y polinizadores podrían llegar a perder algunos recursos esenciales para ellos en momentos de máxima necesidad.
LAS ESPECIES SE VEN AFECTADAS POR LA COMPLEJIDAD CLIMÁTICA

En los trópicos, la circulación de masas de aire ocasiona patrones de lluvia irregulares que no hacen más que acentuar las diferencias estacionales entre laderas de la misma montaña. En las zonas mediterráneas, por su parte, los bosques alcanzan su máximo crecimiento más tarde que en los espacios áridos cercanos.
Todo ello lleva a un contraste que deja claro que las pequeñas variaciones climáticas generan distintos ritmos vitales, lo que afecta a las diferentes especies. Este estudio deja claro que las estaciones del año están desincronizadas en varias regiones de la Tierra, un fenómeno que además de tener implicaciones para la vida silvestre en diferentes especies, también lo hace sobre la producción agrícola, entre otros.
Las imágenes desde el espacio revelan "puntos calientes" de asincronía estacional, identificándose desfases estacionales en zonas mediterráneas y áridas de California (en Estados Unidos), Chile, Sudáfrica, Australia y la cuenca del Mediterráneo.
Unos fenómenos similares se dan en montañas tropicales como las de los Andes, África oriental y el sudeste asiático, donde incluso en lugares próximos, la altitud y los microclimas generan calendarios diferentes. Aunque estos fenómenos aún no se conocen bien, pueden ser claves para la distribución de las especies en estas regiones con una biodiversidad excepcional.
CONSECUENCIAS PARA LAS DIFERENTES ESPECIES

Después de conocer que una grieta en la Tierra puede hacer que desaparezca un continente y forme un nuevo océano, ahora nos encontramos con esta interesante investigación en la que se hace hincapié en que las estaciones marcan el ritmo de la vida de los seres vivos, incluidos los humanos.
Su alteración tiene un efecto directo sobre las cosechas, la pesca, la polinización, las migraciones de aves o la propagación de las especies marinas, entre otros. En aquellas áreas en las que los ciclos vegetales presentan desincronización, la disponibilidad estacional de recursos también lo puede estar.
Esto hace que se vean afectados los ciclos reproductivos de muchas especies, y esto hace que, tal y como advierte Terasaki Hart, "las consecuencias ecológicas y evolutivas podrían ser profundas", por lo que se debe indagar más al respecto.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que, en la agricultura, la asincronía da lugar a siembras y cosechas inestables, así como una mayor incertidumbre climática y calendarios divergentes entre granjas que no se encuentran alejadas las unas de las otras.
Asimismo, este fenómeno también se produce en el mar. El fitoplancton, que es la base de la cadena alimentaria marina, muestra desfases de hasta 50 días entre áreas próximas, lo que influye de manera directa en la pesca, en los ecosistemas marinos y en la propia capacidad del océano para absorber carbono.
Los investigadores han propuesto crear áreas protegidas en las que se integren diferentes ritmos ecológicos, además de planificar la agricultura, teniendo en cuenta estos cambios. En algunos casos, la variación aporta resiliencia frente a sequías o plagas, pero también puede hacer que aumente la vulnerabilidad y complicar sus mercados.