Pagar 8 euros por un jardín en Lloret de Mar y sentir que has viajado a Poniente no es algo que ocurra todos los días. Eso fue exactamente lo que le pasó a Laura Gil, una guía turística de 29 años, cuando pisó los Jardines de Santa Clotilde y soltó un «estoy en el plató de ‘La Casa del Dragón'». Lo que parecía una simple escapada a la Costa Brava se convirtió de repente en una inmersión total en el universo Targaryen, un secreto que este rincón del Mediterráneo guardaba a plena vista.
La sorpresa de Laura es la de miles de visitantes que llegan buscando un remanso de paz y se encuentran con un escenario de leyenda. ¿Cómo es posible que un jardín de inspiración renacentista en la costa catalana te haga sentir en la mismísima Fortaleza Roja? La respuesta está en cada escalinata, en cada ciprés que se recorta contra el azul del mar. Este lugar mágico de Lloret de Mar demuestra que la realidad, a veces, supera con creces a la mejor de las ficciones televisivas.
¿UN RINCÓN DE PONIENTE EN LA COSTA BRAVA?
La primera impresión al entrar es abrumadora, casi irreal. Te recibe una sinfonía de verdes perfectamente orquestada, con terrazas que se asoman al acantilado y escalinatas que parecen diseñadas para el mismísimo rey Viserys. En este rincón de la costa catalana, la sensación es la de caminar por un decorado real de la aclamada serie, esperando que un dragón sobrevuele tu cabeza en cualquier momento. La arquitectura vegetal y las vistas al mar evocan de inmediato los jardines de Desembarco del Rey.
No es solo una cuestión de parecido, es la atmósfera que se respira. A medida que desciendes por sus caminos, el murmullo de los turistas se apaga, sustituido por el sonido de las olas rompiendo contra las rocas. Es entonces cuando te das cuenta de que no es una simple imitación, sino el escenario original donde se rodaron escenas clave. Esta visita a Lloret de Mar se transforma en una experiencia inmersiva que te conecta directamente con la magia de la superproducción de HBO.
EL SUEÑO DE UN MARQUÉS HECHO REALIDAD
Caminar por estos jardines es pasear por la mente de un visionario de principios del siglo XX. El responsable de esta maravilla fue el marqués de Roviralta, quien en 1919 encargó al joven arquitecto y paisajista Nicolau Maria Rubió i Tudurí la creación de un edén privado. Inspirado por el Renacimiento italiano, el jardín fue diseñado sin flores, basando su belleza en la variedad de verdes y la forma, una decisión audaz que hoy le confiere un carácter único y atemporal en la localidad gerundense.
El resultado es un ejemplo magistral del movimiento novecentista catalán, que buscaba el orden, la claridad y la armonía con el entorno. Cada elemento, desde las estatuas de sirenas de mármol hasta las pequeñas fuentes, está colocado con una intención precisa. Durante una escapada a la Costa Brava, cada rincón está pensado para enmarcar las vistas al Mediterráneo como si fuera un cuadro, creando una obra de arte viva que dialoga constantemente con el paisaje de Lloret de Mar.
DONDE EL VERDE BESA EL AZUL DEL MEDITERRÁNEO
Lo que eleva a Santa Clotilde a otra categoría es su emplazamiento sobre un acantilado entre la cala Boadella y la playa de Fenals. Esta posición privilegiada permite que el jardín no sea solo un espacio para contemplar, sino un balcón infinito sobre el Mediterráneo. Imagina un plan diferente en la costa, donde la combinación del jardín con el mar crea una estampa única en la Costa Brava, un contraste de colores que revitaliza el alma y que explica por qué los localizadores de la serie no dudaron en elegir Lloret de Mar.
El sonido del mar es la banda sonora constante de tu paseo. Las esculturas de inspiración clásica y las escalinatas flanqueadas por cipreses no solo decoran, sino que guían tu mirada hacia el horizonte. Al planificar tu visita a los Jardines de Santa Clotilde, prepárate para un flechazo visual, porque las escalinatas que descienden hacia el mar son el punto más fotografiado y el lugar exacto donde la ficción se hizo realidad. Es el corazón del jardín y la razón de su fama mundial.
TU PASAPORTE A LOS SIETE REINOS POR MENOS DE 10 EUROS
La mejor parte de este descubrimiento es que está al alcance de cualquiera. Acceder a este trozo de Poniente es sorprendentemente asequible, rompiendo el mito de que el turismo en la Costa Brava tiene que ser caro. Como bien descubrió Laura, el precio de la entrada general es de 8 euros, un coste simbólico para la experiencia que ofrece y una oportunidad única para sentirse parte de tu serie favorita. Este jardín de Lloret de Mar es, sin duda, uno de los planes con mejor relación calidad-precio que encontrarás.
Para sacarle el máximo partido a tu visita, hay algunos trucos que marcan la diferencia. Si quieres saber qué ver en la costa catalana sin agobios, intenta ir a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando la luz dorada baña los jardines creando una atmósfera de ensueño. Es entonces cuando visitarlo a última hora de la tarde permite disfrutar de una luz mágica y menos aglomeraciones, convirtiendo tu paseo por este rincón de Lloret de Mar en un momento verdaderamente íntimo y especial.
¿POR QUÉ ESTE JARDÍN TE CAMBIARÁ LA PERCEPCIÓN DE LLORET DE MAR?
Mucha gente asocia Lloret de Mar exclusivamente con el turismo de sol, playa y fiesta. Sin embargo, los Jardines de Santa Clotilde son la prueba irrefutable de que este destino es mucho más profundo y sofisticado. Son un oasis de serenidad que rompe con todos los clichés y te presenta la cara más culta y elegante de la joya de la Selva. De repente, este lugar demuestra que la localidad esconde tesoros de una belleza y tranquilidad inesperadas, capaces de cautivar al viajero más exigente.
Al final del recorrido, cuando te asomas por última vez al mar desde una de sus terrazas, la sensación es de gratitud. No solo por la belleza del lugar, sino por haber descubierto un Lloret de Mar diferente. Te vas de allí con la cámara llena de fotos, sí, pero sobre todo con algo más. En tu día en este paraíso verde, te marchas con la certeza de haber descubierto uno de los secretos mejor guardados del Mediterráneo, un lugar que te reconcilia con la idea de que la magia, a veces, solo cuesta 8 euros.