El Gobierno ha vuelto a sorprender a todos, esta vez dando un paso decisivo en la lucha contra el tabaquismo con la aprobación del anteproyecto de la nueva ley antitabaco. La norma no solo veta el consumo en terrazas de bares y restaurantes, sino que amplía las restricciones a espacios públicos abiertos como piscinas, campus universitarios, marquesinas de transporte o recintos donde se celebren conciertos y espectáculos.
Además, por primera vez en España, los menores no solo tendrán prohibida la compra de tabaco y productos relacionados, sino también su consumo, con sanciones que podrán alcanzar los 100 euros y recaerán sobre padres o tutores legales. Otro de los cambios de mayor calado es la equiparación legal de los cigarrillos electrónicos con los convencionales. El texto prohíbe su uso en los mismos espacios, veta la venta de dispositivos de un solo uso y limita de forma estricta su publicidad y patrocinio en cualquier formato, incluido el digital.
Con estas medidas, el Ejecutivo pretende frenar el auge del vapeo entre adolescentes, un fenómeno en crecimiento en festivales, redes sociales y entornos de ocio juvenil y que además está asociado a múltiples patologías. Ahora bien, nadie espera que el impacto de esta medida sea inmediato, ya que la ley deberá superar su tramitación parlamentaria, pero el objetivo está claro: reforzar la protección de la salud pública y garantizar entornos libres de humo y vapor.
¿Dónde no se podrá fumar? Terrazas, piscinas, campus y más espacios públicos al aire libre

La nueva ley antitabaco va mucho más allá de los espacios cerrados. A partir de su entrada en vigor, quedará prohibido fumar en terrazas de bares y restaurantes, uno de los lugares más habituales para los fumadores. Pero no es el único cambio; tampoco se permitirá el consumo de tabaco en piscinas, campus universitarios, parques infantiles o accesos a hospitales, reforzando la idea de que el aire libre no siempre equivale a carta blanca para encender un cigarrillo.
El objetivo del Gobierno con esta medida es reducir la exposición al humo ambiental en lugares donde conviven familias, niños o personas con problemas de salud. De este modo, se busca dar un paso más en la protección de los no fumadores y reforzar la imagen de los espacios públicos como entornos libres de humo.
Multas para menores y responsabilidad de los padres: así se aplicarán las sanciones

Uno de los puntos más novedosos de la ley es la introducción de sanciones para los menores que fumen, una medida que hasta ahora no se había aplicado en España. A partir de ahora, si un menor es sorprendido consumiendo tabaco, no solo él, sino también sus padres o tutores podrán ser responsables de la infracción. Esta medida pretende desalentar el inicio precoz en el hábito, que según los datos sanitarios suele comenzar en la adolescencia.
Las multas tendrán un carácter disuasorio más que recaudatorio, con cantidades que varían según la gravedad de la infracción. El Gobierno quiere enviar un mensaje claro: “el tabaco no es un asunto privado, sino un problema de salud pública” que involucra a toda la sociedad, empezando por la educación en el hogar.
Adiós a los vapeadores desechables: el Gobierno equipara el vapeo al tabaco tradicional

La ley también pone el foco en los cigarrillos electrónicos y, en especial, en los vapeadores desechables, muy populares entre los jóvenes. Estos productos quedarán prohibidos, tanto por sus riesgos para la salud como por el enorme impacto medioambiental que generan sus residuos, por lo que su impacto será doble, salud pública y saneamiento ambiental. Con esta medida, España se alinea con otros países europeos que ya han comenzado a restringir su uso.
Además, el uso de vapeadores en espacios públicos se regulará de la misma manera que el tabaco convencional. Esto significa que no podrán utilizarse en terrazas, centros de estudio o instalaciones deportivas. Con ello, el Ejecutivo busca evitar la percepción de que el vapeo es una alternativa “inofensiva” y cortar su atractivo como puerta de entrada al consumo de nicotina entre los adolescentes.