La llegada del mes de septiembre supone un buen momento para pararse a analizar las vacaciones de los españoles. Pese a que todavía hay bastantes que cogen sus días libres en este noveno mes (una opción cada vez más popular), disponemos de datos suficientes para analizar cómo son las vacaciones promedio de los ciudadanos del territorio nacional. Para ello, hemos desglosado el Barómetro de Vacaciones 2025, un informe elaborado por Ipsos que confirma que el deseo de viajar de los españoles sigue siendo alto pese a la incertidumbre internacional y la presión económica.
Y es que ocho de cada diez ciudadanos han previsto este verano tomarse al menos unas vacaciones, una cifra que sitúa a España en la media europea y que consolida una tendencia estable desde 2022. Aunque la inflación y las limitaciones presupuestarias son el principal obstáculo —el 41 % de quienes no viajan alegan motivos económicos—, los españoles mantienen el gasto en vacaciones como una de las prioridades.
El presupuesto medio del español en las vacaciones de verano alcanza los 1.763 euros, inferior a la media europea (2.080 euros), pero en crecimiento respecto a años anteriores. De hecho, casi la mitad de los encuestados para la elaboración del barómetro asegura que ha aumentado el presupuesto con respecto a 2024.

En cuanto a la duración, los viajes rondan las dos semanas (1,9 de media), ligeramente por debajo de los europeos, y con una mayor proporción de escapadas de una sola semana. El 11 % de los españoles ha programado menos de una semana fuera este verano, el 36 % una semana, el 33 % dos semanas, el 10 % por tres semanas y otro 10 % ha hecho planes por cuatro o más semanas. Si ponemos los datos en contexto con 2024, han aumentado los viajes de una semana y de menos de una semana, mientras que disminuyen bastante las estancias largas de tres semanas. En resumen: gastamos más, pero menos tiempo.
La seguridad, criterio clave para unas vacaciones en el extranjero
Frente a otros estudios de tendencias vacacionales, el Barómetro de Vacaciones 2025, que recoge una muestra representativa de la población mayor de 18 años, estructurada de acuerdo con el método por cuotas (sexo, edad, profesión) después de estratificarla por regiones y por tamaño de ciudad, muestra también un cambio de mentalidad en los ciudadanos de nuestro país: la seguridad se ha convertido en un criterio central a la hora de elegir destino.
En los últimos cinco años, los españoles, al igual que otros europeos, han elevado el peso de factores como el riesgo de conflicto armado, los atentados o la estabilidad política y social. Estados Unidos, junto con Rusia, Ucrania e Israel, aparece entre los países que muchos viajeros españoles evitan en 2025 debido al clima político.

Además, la preocupación por fenómenos climáticos extremos crece, con un 67 % temiendo sufrir una catástrofe natural durante su viaje, reflejando cómo el cambio climático y las tragedias como los incendios recientes del noroeste peninsular empiezan a condicionar la elección de destinos.
Los españoles preferimos viajar por España… y los europeos también
Y hablamos de problemas dentro de nuestras fronteras porque, a diferencia de otros europeos, los españoles siguen mostrando una marcada preferencia por los viajes dentro del país: dos tercios de quienes han podido elegir destino han viajado o viajarán por España, mientras que Italia (13 %), Francia (11 %) y Portugal (8 %) son los países preferidos por quienes tienen la intención de viajar al extranjero.
En contraste con los europeos, que prefieren viajar al extranjero, más de la mitad de los españoles consideran las vacaciones nacionales su experiencia veraniega ideal. Los europeos vienen a España —siempre en el top 3 de países con más afluencia de turismo— de vacaciones y los españoles preferimos también España para las nuestras. Aunque lógicamente también tiene que ver el presupuesto, estamos a gusto recorriendo nuestro país en temporada estival.
Gran culpa de ello lo tiene la costa, que tenemos, y mucha. La playa sigue siendo la opción estrella (57 %), aunque pierde algo de terreno respecto a 2024, mientras que los viajes urbanos ganan atractivo, ya que el 42 % de los españoles se ha propuesto visitar ciudades, frente al 28 % de media europea.

Las vacaciones ideales de los españoles combinan naturaleza (49 %), descanso (48 %) y tiempo en familia o con amigos (43 %). El turismo cultural y el interés por aprender cosas nuevas también tienen un peso mayor que en otros países, al igual que la atracción por el slow tourism y los destinos menos masificados.
El avión crece y los hoteles bajan
El coche sigue siendo el medio de transporte favorito (58 %), pero el uso del avión crece seis puntos respecto a 2024 y ya la mitad de los españoles lo usa o utilizará este verano, con el tren ocupando la tercera posición (24 %). Como apunte, hay que señalar que esta tendencia choca con la fuerte disposición declarada a adoptar prácticas sostenibles, como apoyar la economía local o evitar actividades poco respetuosas con el entorno.
En cuanto al alojamiento, los hoteles se mantienen como la opción más común (47 %), aunque pierden fuerza frente a fórmulas como el camping, en claro ascenso. La elección se basa sobre todo en la costumbre y en la asequibilidad, con un incipiente interés por criterios ecológicos.
España también destaca en el uso de nuevas tecnologías: el 20 % de los viajeros ya ha utilizado inteligencia artificial para planificar o reservar sus vacaciones, frente al 16 % de media europea. Además, un 17 % la ha empleado para comparar seguros de viaje, lo que indica una rápida adopción de estas herramientas. Los españoles buscan sobre todo recomendaciones sobre alojamientos y destinos, situándose a la vanguardia en esta tendencia.
Los españoles hemos enfocado el verano con planes más ambiciosos pero con un ojo puesto en la seguridad y otro en el bolsillo. Sin dejar de mirar de reojo a los riesgos globales, España, como reflejo de Europa, viaja más, gasta más y se protege más, mientras abre la puerta a nuevas formas de planificar y explorar.