Después de meses marcados por la incertidumbre, la UD Las Palmas recibió una noticia que alimenta la ilusión del vestuario y de toda la afición. Kirian Rodríguez superó los últimos controles médicos y ya se entrena con el grupo en Barranco Seco, listo para afrontar la pretemporada junto al resto de sus compañeros.
Su regreso va más allá de lo deportivo. Es el reflejo de una lucha silenciosa pero implacable, que encontró en la fortaleza mental de Kirian su mejor argumento. Volver a pisar el césped con la camiseta amarilla no es solo una señal de que está físicamente preparado, es la confirmación de que los valores del club están encarnados en su capitán.

La imagen de Kirian enfundado nuevamente en el uniforme del equipo es una postal de esperanza. Su ejemplo se convierte en motivación para un grupo que lo echó de menos dentro del campo, pero que jamás dejó de sentir su liderazgo desde fuera. La familia amarilla recupera no solo a un jugador, sino también a un símbolo.
El valor de un regreso que inspira
Kirian Rodríguez ya sabe lo que es enfrentarse cara a cara con situaciones límite. En 2022 anunció que debía alejarse temporalmente del fútbol para centrarse en un tratamiento contra un linfoma de Hodgkin. Lejos de esconderse, hizo público su desafío con entereza y juró volver. Lo cumplió con creces, regresando a tiempo para ser figura en el ascenso de Las Palmas a Primera División.
Este año la historia se repitió, pero con mayor dureza. En febrero, confirmó que la enfermedad había reaparecido. La noticia sacudió al club, pero una vez más Kirian optó por encarar la situación con calma, sin dramatismos. Se centró en su recuperación con la misma disciplina que muestra sobre el césped.
Cinco meses después, su presencia en la pretemporada es casi un milagro que no se explica solo con medicina. Es también producto del trabajo invisible, de la mentalidad de un futbolista que no conoce la rendición. Con el balón nuevamente en los pies, Kirian demuestra que la resiliencia también se entrena y que el fútbol, a veces, sabe recompensar a los valientes.
Un fichaje con alma de capitán
Pocos movimientos pueden generar tanta emoción como este. Para el presidente Miguel Ángel Ramírez, no hay fichaje que ilusione más que el retorno de su capitán. En cada palabra sobre Kirian hay respeto, orgullo y admiración por un hombre que nunca dejó de pertenecer al grupo, ni siquiera en los momentos más difíciles.
La llegada del nuevo ciclo con Luis García al mando encuentra en Kirian a un referente absoluto. No solo en lo táctico o futbolístico, también en lo humano. Es la figura que representa los valores de Las Palmas, el ejemplo silencioso que habla con hechos. Un jugador que vuelve con la cinta en el brazo y el alma intacta.
Sus compañeros lo reciben como lo que es, una luz dentro del vestuario. Así lo expresó Álex Suárez, uno de sus grandes amigos en el plantel, quien no dudó en afirmar que su presencia vuelve a unir a todos. Porque donde está Kirian, también hay unión, compromiso y fe en que los objetivos son posibles.