El cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, que todavía no es un hecho, está pendiente de aprobación definitiva por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, y podría tener repercusiones económicas inmediatas para España. ¿Qué está pasando entre Irán e Israel? En los últimos días, el conflicto entre Irán e Israel ha alcanzado un nuevo pico, empujando al mundo a observar con detalle y preocupación los efectos colaterales de una situación de escala potencialmente global.
La reciente ofensiva israelí sobre instalaciones diplomáticas en Siria, que provocó la muerte de altos mandos iraníes, generó una respuesta directa por parte de Irán con el lanzamiento de misiles sobre territorio israelí. El día sábado, Estados Unidos, en respaldo a Israel, bombardeó instalaciones nucleares iraníes, una acción inédita que ha elevado el conflicto a niveles nunca antes considerados. En respuesta al ataque, el Parlamento iraní ha votado a favor de cerrar el Estrecho de Ormuz, una medida que, de llevarse a cabo, afectará de forma inmediata al comercio mundial de petróleo y gas. Este escenario geopolítico ya está teniendo efectos en la economía global, y España no es una excepción.
En un contexto marcado por la tensión del conflicto entre Israel, Irán y la intervención militar de Estados Unidos, el impacto inicial en el mercado energético global ya comienza a sentirse. Los expertos en economía mundial ya anticipan una subida importante del precio del crudo y un efecto dominó que alcanzará, inevitablemente, al consumidor español.
5Contexto del conflicto entre Irán, Israel y EE.UU.

La decisión de cerrar el Estrecho de Ormuz llega en consecuencia de una serie de ataques entre Israel e Irán, con la participación activa de Estados Unidos. El sábado, Washington bombardeó tres instalaciones del programa nuclear iraní, lo que ocasionó una respuesta firme de Teherán. El ministro iraní de Exteriores, Abbas Araghchi, señaló los ataques como una «grave violación» del derecho internacional y lanzó una clara amenaza, donde expresamente indica que Irán «se reserva todas las opciones para defender su soberanía».

En este contexto, el cierre del Estrecho de Ormuz podría interpretarse como una medida estratégica en respuesta a los recientes ataques, que buscarían elevar el coste económico del conflicto para Occidente. Si se concreta la solicitud, no solo afectará a los países directamente implicados, sino también a Europa, incluida España, a través del incremento de los precios energéticos y la inestabilidad financiera.