El verano en España ha dejado claro que este año, de nuevo, no dará tregua. Después de un mes de junio inusualmente caluroso, AEMET ya han lanzado su advertencia para el siguiente mes: julio será incluso más extremo y que se deben tomar prevenciones.
Las previsiones señalan que julio será un mes marcado por el calor persistente, temperaturas muy por encima de lo habitual y sequedad generalizada en una buena parte del país. Una combinación que enciende las alarmas tanto en la ciudadanía como en sectores específicos como la agricultura y la gestión del agua.
1Julio trae temperaturas por encima de lo normal desde el primer día, según AEMET

Los avances para el mes de julio han sido claros y contundentes. Desde la primera semana, gran parte del territorio nacional registrará temperaturas superiores a la media. Esto se percibirá tanto en la península como en Baleares y Canarias, donde se espera un ambiente sofocante que se prolongará sin grandes variaciones a lo largo de todo el mes.
Los expertos meteorológicos de AEMET han indicado que el interior y sur peninsular serán las zonas más castigadas por el clima. En regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, se tiene previsto que los termómetros superen con facilidad los 40 grados, sin embargo, este fenómeno no será puntual. La Agencia Estatal de Meteorología advirtió de la posibilidad de varias olas de calor que podrían ser más largas de lo que normalmente son.
«Estamos hablando de temperaturas propias de pleno verano, de julio, con valores entre cinco y diez grados por encima de lo normal para estas fechas en gran parte del territorio», destaca del Campo, portavoz de AEMET.
Aunque este tipo de fenómenos son habituales en el verano de España, lo inusual en esta ocasión será la persistencia de las altas temperaturas superando los 40 grados, y lo que más llama la atención es que no se esperan bajadas significativas del calor durante la noche, lo que puede afectar directamente al bienestar y descanso de la ciudadanía. Además, también se alertó que esta situación tendrá un impacto directo en la demanda eléctrica, generando un mayor consumo por el uso de aire acondicionado y sistemas de refrigeración.