La mayoría de personas experimentan ocasionalmente sensaciones de hormigueo en las extremidades inferiores y suelen pasarlas por alto, atribuyéndolas a una mala postura o compresión momentánea. El hormigueo temporal puede parecer una molestia sin importancia, pero lo cierto es que este síntoma aparentemente inocente podría estar revelando la presencia de patologías mucho más graves que requieren atención médica inmediata. La percepción generalizada de que estas sensaciones son inofensivas contribuye peligrosamente a retrasar diagnósticos de condiciones potencialmente serias.
Expertos en neurología y medicina vascular advierten que no se debe subestimar la persistencia de estas señales corporales, especialmente cuando se vuelven recurrentes o se acompañan de otros síntomas. Detrás de ese cosquilleo o entumecimiento en piernas y pies pueden esconderse enfermedades que comprometen seriamente la salud si no son tratadas a tiempo. La comunidad médica recomienda prestar atención a estos avisos del organismo, pues constituyen en muchos casos el primer indicio de problemas que afectan desde el sistema circulatorio hasta el nervioso.
5HERNIA DISCAL: CUANDO LA COMPRESIÓN NERVIOSA SE MANIFIESTA EN LAS PIERNAS
Los problemas en la columna vertebral, particularmente las hernias discales, constituyen una causa frecuente de hormigueo en las extremidades inferiores que suele confundirse con problemas circulatorios. Cuando un disco intervertebral se desplaza o rompe, puede ejercer presión sobre las raíces nerviosas cercanas, generando ese característico hormigueo que típicamente se irradia siguiendo el trayecto del nervio afectado hasta piernas y pies. Esta compresión nerviosa resulta especialmente común en las hernias lumbares, que afectan a la parte baja de la espalda y son responsables de numerosos casos de ciática.
El hormigueo causado por hernias discales presenta peculiaridades que ayudan a diferenciarlo de otras patologías, como su tendencia a empeorar con determinados movimientos o posiciones. Miles de españoles sufren estas lesiones vertebrales, generalmente provocadas por degeneración asociada a la edad o movimientos bruscos que someten a la columna a tensiones excesivas para las que no está preparada. Los traumatólogos y neurocirujanos recomiendan consultar ante un hormigueo persistente que se acompaña de dolor lumbar, ya que el diagnóstico y tratamiento tempranos pueden evitar la cronificación del problema y la aparición de secuelas permanentes, como la pérdida de fuerza o sensibilidad en las extremidades afectadas.