Especial 20 Aniversario

3 enfermedades graves que se esconden tras un hormigueo ‘inocente’ en las piernas

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La mayoría de personas experimentan ocasionalmente sensaciones de hormigueo en las extremidades inferiores y suelen pasarlas por alto, atribuyéndolas a una mala postura o compresión momentánea. El hormigueo temporal puede parecer una molestia sin importancia, pero lo cierto es que este síntoma aparentemente inocente podría estar revelando la presencia de patologías mucho más graves que requieren atención médica inmediata. La percepción generalizada de que estas sensaciones son inofensivas contribuye peligrosamente a retrasar diagnósticos de condiciones potencialmente serias.

Expertos en neurología y medicina vascular advierten que no se debe subestimar la persistencia de estas señales corporales, especialmente cuando se vuelven recurrentes o se acompañan de otros síntomas. Detrás de ese cosquilleo o entumecimiento en piernas y pies pueden esconderse enfermedades que comprometen seriamente la salud si no son tratadas a tiempo. La comunidad médica recomienda prestar atención a estos avisos del organismo, pues constituyen en muchos casos el primer indicio de problemas que afectan desde el sistema circulatorio hasta el nervioso.

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ESCLEROSIS MÚLTIPLE: CUANDO EL SISTEMA INMUNE ATACA LOS NERVIOS

La esclerosis múltiple, enfermedad autoinmune que afecta al sistema nervioso central, frecuentemente debuta con síntomas sutiles como el hormigueo en extremidades que muchos pacientes inicialmente ignoran. Esta patología neurodegenerativa provoca que el propio sistema inmunitario ataque la mielina, capa protectora que recubre las fibras nerviosas y facilita la correcta transmisión de los impulsos eléctricos a través del cerebro y la médula espinal. El deterioro de esta vaina aislante explica las alteraciones sensitivas que experimentan los afectados, entre las que destaca esa sensación de hormigueo o «electricidad» que recorre las piernas.

En España, más de 50.000 personas viven con esclerosis múltiple, enfermedad que afecta principalmente a adultos jóvenes y cuyo diagnóstico temprano resulta crucial para frenar su progresión. Los neurólogos subrayan la importancia de no subestimar síntomas como el hormigueo persistente, especialmente cuando aparece de forma asimétrica o se acompaña de otros trastornos como visión borrosa, debilidad muscular o problemas de equilibrio. Los avances en tratamientos modificadores de la enfermedad han mejorado significativamente el pronóstico de esta patología, pero su efectividad depende en gran medida de un diagnóstico precoz, lo que refuerza la necesidad de acudir al médico ante la aparición de síntomas neurológicos como el hormigueo recurrente, que podría ser la primera manifestación de esta compleja enfermedad.