La mayoría de personas experimentan ocasionalmente sensaciones de hormigueo en las extremidades inferiores y suelen pasarlas por alto, atribuyéndolas a una mala postura o compresión momentánea. El hormigueo temporal puede parecer una molestia sin importancia, pero lo cierto es que este síntoma aparentemente inocente podría estar revelando la presencia de patologías mucho más graves que requieren atención médica inmediata. La percepción generalizada de que estas sensaciones son inofensivas contribuye peligrosamente a retrasar diagnósticos de condiciones potencialmente serias.
Expertos en neurología y medicina vascular advierten que no se debe subestimar la persistencia de estas señales corporales, especialmente cuando se vuelven recurrentes o se acompañan de otros síntomas. Detrás de ese cosquilleo o entumecimiento en piernas y pies pueden esconderse enfermedades que comprometen seriamente la salud si no son tratadas a tiempo. La comunidad médica recomienda prestar atención a estos avisos del organismo, pues constituyen en muchos casos el primer indicio de problemas que afectan desde el sistema circulatorio hasta el nervioso.
3DÉFICIT VITAMÍNICO: CARENCIAS NUTRICIONALES CON CONSECUENCIAS NEUROLÓGICAS
Las deficiencias nutricionales, especialmente de vitaminas del grupo B, constituyen una causa frecuentemente subestimada del hormigueo en extremidades. La falta de vitamina B12, también conocida como cobalamina, puede provocar daños neurológicos significativos que se manifiestan inicialmente como una sensación de hormigueo o entumecimiento en manos y pies. Esta vitamina, fundamental para el mantenimiento de la mielina que recubre y protege las fibras nerviosas, se encuentra principalmente en alimentos de origen animal, lo que explica su mayor prevalencia entre vegetarianos estrictos y veganos que no suplementan adecuadamente su dieta.
El déficit de otras vitaminas del complejo B, como la B1 (tiamina) o la B6 (piridoxina), también puede manifestarse a través de sensaciones de hormigueo que inicialmente parecen inofensivas. Estos micronutrientes participan activamente en numerosos procesos metabólicos esenciales para el funcionamiento del sistema nervioso periférico, por lo que su carencia compromete la transmisión de impulsos nerviosos. Los especialistas en nutrición clínica advierten que, sin la suplementación adecuada, estas deficiencias pueden derivar en neuropatías más graves y potencialmente irreversibles, destacando la importancia de una dieta equilibrada y la consulta médica ante síntomas persistentes de hormigueo que podrían indicar importantes carencias nutricionales.