La crisis energética sigue afectando a millones de hogares españoles mientras los precios no dan tregua a los bolsillos más castigados. Cada mes, la factura de la luz se presenta como un enigma indescifrable para muchos consumidores que pagan religiosamente sin cuestionar los importes que las compañías eléctricas les cobran. Lo que muchos desconocen es que existe un pequeño ajuste, apenas perceptible en los contratos, que puede suponer un ahorro considerable a final de mes y que apenas requiere un minuto de nuestro tiempo.
Los expertos en consumo llevan años alertando sobre las prácticas poco transparentes de algunas comercializadoras que se aprovechan del desconocimiento general sobre tarifas, potencias y horarios. Mientras tanto, los consumidores siguen pagando facturas infladas sin ser conscientes de que tienen en sus manos la posibilidad de reducir sustancialmente ese gasto mensual. Un simple cambio en la configuración de nuestro contrato podría transformar radicalmente nuestra relación con el recibo de la electricidad y devolver el control sobre nuestro consumo energético.
4EL MINUTO QUE CAMBIARÁ TU ECONOMÍA DOMÉSTICA
Reducir la potencia contratada es un trámite sorprendentemente sencillo que apenas requiere un minuto de nuestro tiempo. Solo necesitamos llamar al servicio de atención al cliente de nuestra compañía o acceder a nuestra área privada en su página web y solicitar la modificación. Las comercializadoras están obligadas por ley a tramitar esta solicitud, sin que puedan poner impedimentos injustificados o intentar convencernos de mantener una potencia superior mediante argumentos técnicos intimidatorios, práctica habitual que busca preservar sus beneficios a costa de nuestro desconocimiento.
El único coste asociado a esta modificación es el pago de los derechos de actuación en el contador, una cantidad fija regulada por ley que actualmente ronda los 10 euros para bajadas de potencia y que aparecerá en la siguiente factura de la luz. Este pequeño desembolso inicial se recupera con creces en apenas un mes, generando ahorros consistentes durante todo el año. La reducción, aplicable tanto a viviendas principales como a segundas residencias donde el consumo eléctrico suele ser más irregular y predecible, no compromete en absoluto la seguridad de la instalación, ya que los sistemas modernos cuentan con protecciones automáticas que evitan sobrecargas.