La crisis energética sigue afectando a millones de hogares españoles mientras los precios no dan tregua a los bolsillos más castigados. Cada mes, la factura de la luz se presenta como un enigma indescifrable para muchos consumidores que pagan religiosamente sin cuestionar los importes que las compañías eléctricas les cobran. Lo que muchos desconocen es que existe un pequeño ajuste, apenas perceptible en los contratos, que puede suponer un ahorro considerable a final de mes y que apenas requiere un minuto de nuestro tiempo.
Los expertos en consumo llevan años alertando sobre las prácticas poco transparentes de algunas comercializadoras que se aprovechan del desconocimiento general sobre tarifas, potencias y horarios. Mientras tanto, los consumidores siguen pagando facturas infladas sin ser conscientes de que tienen en sus manos la posibilidad de reducir sustancialmente ese gasto mensual. Un simple cambio en la configuración de nuestro contrato podría transformar radicalmente nuestra relación con el recibo de la electricidad y devolver el control sobre nuestro consumo energético.
3LOS TRUCOS QUE LAS ELÉCTRICAS NO QUIEREN QUE CONOZCAS
El primer paso para optimizar nuestra factura de la luz consiste en analizar nuestros hábitos de consumo reales, no los que la compañía presupone. Para ello, basta con revisar el indicador máximo de potencia que aparece en algunas facturas o, de forma más precisa, instalar un medidor de consumo en tiempo real. Estos dispositivos, disponibles en el mercado por precios inferiores a los 30 euros y amortizables en pocos meses gracias al ahorro generado, nos permitirán conocer exactamente cuánta potencia demandan nuestros electrodomésticos cuando funcionan simultáneamente.
Otro aspecto fundamental que las compañías raramente explican es la posibilidad de contratar potencias diferentes para distintos períodos horarios si disponemos de una tarifa con discriminación horaria. Esta opción, perfectamente legal y contemplada en la normativa vigente aunque prácticamente desconocida por la mayoría de consumidores, permite ajustar la potencia contratada según nuestras necesidades reales en cada franja del día. Así, podríamos tener una potencia más alta durante las horas de mayor actividad en el hogar y reducirla durante la noche o cuando estamos fuera, multiplicando el ahorro sin sacrificar nuestra comodidad.