¿Cuánto vale tu vida? La sanidad pública decide así si financia o no un tratamiento médico

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En el intrincado universo de la sanidad pública, donde cada decisión o nuevo tratamiento médico puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, los responsables se enfrentan a un dilema constante: ¿cómo priorizar los limitados recursos disponibles para obtener el máximo beneficio en términos de salud y calidad de vida? En esta ardua tarea, una herramienta fundamental, aunque poco conocida fuera de los círculos especializados, ha emergido como el faro que guía las políticas sanitarias: los AVAC, o «años de vida ajustados a calidad«.

Detrás de cada nuevo tratamiento médico aprobado, cada programa de prevención implementado o cada decisión de financiación tomada, se esconde un complejo cálculo que intenta cuantificar el impacto en la salud de la población y traducirlo a un valor monetario. Este enfoque, aunque pueda parecer frío y deshumanizado a primera vista, es la única forma de comparar opciones dispares y asignar los recursos de manera eficiente. En este artículo, exploraremos los entresijos de los AVAC, su importancia en la toma de decisiones sanitarias y las controversias que rodean su aplicación.

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El AVAC: la unidad que que decide si financia o no tu tratamiento médico

El AVAC: la unidad que que decide si financia o no tu tratamiento médico

El concepto de «años de vida ajustados a calidad» (AVAC) es el pilar fundamental sobre el que se sostiene la toma de decisiones en materia de políticas sanitarias y aplicación de todo tipo de tratamiento médico. En esencia, es una unidad de medida que traduce los beneficios en salud logrados con cualquier decisión sanitaria, ya sea un tratamiento médico, un programa de prevención o una intervención quirúrgica, y calcula cuántos euros cuesta alcanzarlos. Según Sergio García Vicente, miembro de la junta directiva de la Asociación Economía y Salud (AES), «es el equivalente a un año de vida con una salud perfecta que se obtiene gracias a un tratamiento, programa o medida sanitaria«. Pero lo verdaderamente importante es que los AVAC no solo miden los años de vida ganados, sino también la calidad de vida con la que se viven.

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