Penitentes flagelándose y crucificándose y otras formas raras de celebrar Semana Santa fuera de España

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Todos sabemos que la Semana Santa es una festividad cristiana que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, pero igual no sabes que se celebra de formas muy diferentes en todo el mundo. Aunque las raíces de esta celebración son comunes, cada país y región tiene sus propias tradiciones, rituales y costumbres que reflejan su historia, cultura y religión. Por eso mismo, a continuación exploraremos algunas de las maneras en las que se celebra en diferentes lugares del planeta Tierra.

Antes de ir con otros países, hay que recordar que en España, la Semana Santa es una de las celebraciones más importantes y profundamente arraigadas en la cultura y la religión de algunas zonas de la península. Ciudades y pueblos de toda España preparan procesiones con pasos religiosos decorados.

Las procesiones son llevadas a cabo por cofradías, hermandades religiosas que organizan los eventos y que a menudo tienen siglos de antigüedad. Los miembros de las cofradías visten túnicas y capirotes de colores y llevan grandes pasos de madera adornados con imágenes religiosas, acompañados por bandas de música. En Sevilla, por ejemplo, las procesiones son especialmente elaboradas y espectaculares, atrayendo a miles de visitantes de todo el mundo. Veamos cómo se celebra en otros países.

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La solmene celebración de Italia

Para nuestros vecinos italianos, la Semana Santa es un momento de solemnidad y reflexión marcado por una serie de ceremonias religiosas y tradiciones antiguas. En muchas ciudades italianas se llevan a cabo procesiones religiosas que conmemoran la Pasión de Cristo. Una de las más famosas es la procesión del Viernes Santo en la ciudad de Roma, que culmina en el Coliseo, donde el Papa preside el Vía Crucis o Camino de la Cruz.

Otra tradición popular en Italia durante la Semana Santa es la celebración de la Misa del Jueves Santo, que conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Después de la misa, se realiza una ceremonia especial en la que se lava los pies a doce personas, recordando el gesto de humildad de Jesús hacia sus seguidores.

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