Dos años después de la pandemia, y tras una recuperación importante el año pasado, aún se pueden ver cicatrices del confinamiento en la industria de la música. Es que al sol de hoy siguen iniciando giras y lanzándose discos que debían salir durante los meses de confinamiento. Tiene sentido, 2020 y 2021 no fuero precisamente años propicios para las giras internacionales. Casos como el reciente ‘Endless Summer Vacation’ de Miley Cyrus, grabado en 2021 y con un año guardado, o el de Kendrick Lamar, que guardo su disco ‘Mr. Morale & the Big Steppers’ hasta el año pasado para poder presentarlo este año internacionalmente.
Es un dato llamativo, aunque es imposible saber los números exactos. Recordemos que artistas como Taylor Swift o Hayley Williams de Paramore grabaron discos específicamente para aprovechar los meses de confinamiento, trabajos mucho más intimistas pensados para los audífonos, y otros como Gorillaz parecen haber acelerado para terminar un segundo trabajo tras haber lanzado el aplaudido ‘Song Machine’ a finales del 2020 (dos años de espera para un grupo que suele tardar 5). Pero es difícil saber cuál era el plan original de cada lanzamiento si el artista no lo revela.
En lo que si parece ser evidente es en las giras. Casos como el Taylor Swift, estacionada por casi tres años, Madonna o Serrat en España, que tras tener que poner pausa a su gira con Sabina en 2020 decidió despedirse el año pasado, muestran lo complicado que para la música es retomar la normalidad.
UN 2023 Y UN 2024 BASTANTE CARGADOS
El resultado inicial es dos años, tres si se cuenta el pasado, bastante cargados de conciertos y eventos, quizás incluso sobrecargados. El mejor ejemplo son las fechas alrededor del Primavera Sound en Madrid, que terminan teniendo que compartir con Guns N’ Roses y Bob Dylan. Un problema nada menor, que con una crisis inflacionaria a cuestas debería activar las alarmas de una industria en un momento delicado.
Además, la principal forma de ingreso de los artistas, la música en vivo, está en un momento complicado. La denuncia que Live Nation enfrenta en el senado de Estados Unidos, y cuya decisión puede cambiar la forma en la que se programan conciertos y se adquieren las entradas a estos eventos en la era digital. Son problemas que se van acumulando y que pueden convertir este retorno de la música a los escenarios una burbuja temporal.
Pero para saber eso habrá que seguir esperando por lanzamientos y giras que debían ocurrir hace 3 años. La realidad es que desde el principio se habló en medios especializados de la preocupación por un «embudo de conciertos», que podría dejar fuera a fanáticos interesados por no tener los ingresos para asumirlos todos, cosa normal si se revisa que un día de un festival como Mad Cool tiene el mismo precio de las giras de algunos artistas en solitario.
LOS NUEVOS LANZAMIENTOS Y SU RELACIÓN CON LA ACTUALIDAD
El otro problema con los lanzamientos y giras retrasadas es que tras dos o tres años de espera es que para los artistas es posible que la relación el disco haya cambiado. El caso de Miley Cyrus, que evidentemente habla de su rompimiento en el disco aunque han pasado un par de años es especialmente evidente en este aspecto. Pero también el de Paramore, cuyo nuevo disco aún gira alrededor de los temas en confinamiento y aislamiento del 2020 aun si lo lanzaron un par de años después.
Aún queda mucho del año, por lo que es posible que aún veamos otros grandes eventos compitiendo por el interés de los lectores y usuarios. Será interesante ver como se sigue desarrollando la situación, pero algo está claro: Es mejor la situación actual que la que se debía enfrentar en 2020.
