A pesar de todas las estrategias dietéticas que existen, el control del peso sigue siendo una cuestión de las calorías que tomas frente a las calorías que quemas. Es posible que las dietas de moda prometan que evitar carbohidratos sea el secreto para bajar de peso, pero no todo es así. O lo que es lo mismo: realmente se trata de comer menos calorías que las que tu cuerpo utiliza si buscamos eliminar algunos kilitos de más.
Una de ellas es la conocida como dieta metabólica, o 'dieta de las 1.000 calorías', por la cual se lleva a un proceso para consumir entorno a 1.000 calorías diarias. Sin embargo, como suele suceder, todo excesivo es malo, dañino para nuestro cuerpo. Y esta no es una excepción. Tanto es así que nuestro cuerpo puede verse perjudicado. Lo repasamos.
3Ante las abundantes calorías, el cuerpo nos provocará un aumento de ansiedad y hambre emocional
En este sentido, esto es algo que puede repercutir negativamente a nuestro cuerpo, como vemos. Porque, después de un día en el que se consume más alimentos y calorías de lo habitual, el propio sistema digestivo pide que las próximas ingestas sean más ligeras.
Eso de 'mejor no desayuno para compensar la comida/cena de hoy', no puede estar más equivocado. Aumentaría nuestra ansiedad y hambre emocional haciendo que comamos más cantidades, siendo a veces, incapaces de medir o parar.
Para no entrar en este círculo vicioso, los nutricionistas explican que, lo mejor, será mejor olvidarnos de las restricciones, tomar algún tentempié o fruta una hora e ir sin hambre a la comida, porque igual que cuando hacemos la compra, será más fácil elegir y medir las cantidades.





