Los efectos extraóseos de la vitamina D

La hormona D o sistema endocrino de la vitamina D es un compuesto liposoluble que se produce de forma endógena cuando los rayos ultravioleta de la luz solar inciden en la piel y desencadenan su síntesis por parte del organismo. Además, esta vitamina está presente de forma natural en algunos grupos específicos de alimentos, añadida a otros y, en cualquier caso, disponible como suplemento dietético.

La importancia de esta vitamina se ha atribuido comúnmente a su necesaria intervención en la absorción del calcio y el fósforo en el intestino y para la movilización del calcio del hueso. Así, si bien este compuesto es imprescindible para la salud de los huesos, las nuevas investigaciones, la difusión casi inmediata de sus resultados y la cantidad de recursos médicos disponibles, gracias en gran parte a la revolución digital, han abierto la puerta a nuevos descubrimientos en cuanto a los beneficios para la salud del sistema endocrino de la vitamina D.

Beneficios de la vitamina D más allá de unos huesos sanos

Hay estudios que de manera recurrente ponen en evidencia que la vitamina D modula el crecimiento celular, diferencia las células y reduce la inflamación. Todas estas acciones están mediadas por el receptor de la vitamina D (VDR), que está presente en casi todos los tipos de células humanas y tienen, entre otros, algunos de los siguientes efectos extraóseos:

Prevención del cáncer

Algunos estudios han sugerido que una correcta administración de hormona D puede reducir el riesgo de ciertos cánceres como: páncreas, riñón, tiroides, hígado, colon, próstata, mama y de ovario.

Sistema inmunológico

Así, la vitamina D también es esencial para la salud del sistema inmunológico, ya que interviene en el proceso de producción de células inmunes, como los linfocitos, y también en la respuesta inflamatoria del organismo. Por lo tanto, una deficiencia de este compuesto podría aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide y la esclerosis múltiple.

Salud cardiovascular

Otros estudios recogen que la hormona D también es necesaria para garantizar una correcta salud cardiovascular. Se ha demostrado que esta vitamina protege contra la hipertensión y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular (ACV).

Función pulmonar

Esta vitamina también se ha asociado con una mejor función pulmonar, demostrando que protege contra la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), como el enfisema y la bronquitis crónica.

Cuáles son los niveles adecuados de vitamina D

La deficiencia de vitamina D es una condición médica cada vez más frecuente, ya que cada vez más personas no tienen la suficiente exposición al sol para sintetizar esta vitamina. Además, una dieta pobre en esta vitamina, un estilo de vida sedentario y afecciones en el hígado o sistema renal que dificulten su absorción también pueden influir a permanecer en niveles por debajo de los recomendados.

De acuerdo con los profesionales de la salud, la concentración sérica de la prohormona del hígado 25-hidroxivitamina (OH)D o calcifediol es el mejor indicador para medir el nivel de la vitamina D en el organismo. Actualmente, se considera que las concentraciones óptimas de 25(OH)D en suero deberían ser de más de 50 nmol/L (20 ng/mL) e incluso algunos expertos abogan por un nivel más alto, de más de 75 nmol/L (30 ng/mL).

La vitamina D y sus implicaciones para el correcto mantenimiento de las funciones sistémicas y la salud del organismo son motivo suficiente para mantenerse al tanto de los nuevos estudios e investigaciones que contrastan su eficacia. Además, el mantenimiento de unos niveles apropiados de esta hormona D mediante un estilo de vida saludable o mediante suplementación, previa consulta a los Profesionales de la salud indicados, puede llegar a ser tanto la solución a muchos problemas de salud como su prevención a corto y a largo plazo.