Después de días, semanas, meses, o incluso años de trabajo duro y sin pausa, somos merecedores de pequeños premios. Esos premios, nos permiten relajarnos y olvidarnos por un momento de todos los problemas que han llegado a nuestra vida. En este caso, unas manos mágicas nos pueden llevar del infierno al cielo, permitiéndonos desatar todos los nudos que tensan nuestra vida. Las manos de los masajistas, deberían ser sagradas, pues con su tacto y movimiento, no solo relajan todo nuestro cuerpo, también nos permite entrar en un espacio de confianza.
¡Pausa! ¿Qué tanta confianza puedes tener con tu masajista? Te aseguramos que, con los masajistas, la confianza es necesaria, pero un exceso de ella puede ser perjudicial. Entre sus servicios, es inevitable el contacto físico, lo que a veces puede ser un problema. Algunos clientes que acuden a los masajistas; gracias a ese contacto, se sienten en mucha confianza, no logran controlar sus instintos y causan problemas o situaciones incómodas, que a ninguno de los trabajadores les agrada.
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7Masajistas y desagradables fluidos corporales

Contrario a lo que debes estar pensado ahora, no todas las experiencias desagradables son causadas por clientes que se propasan. También hay aspectos desagradables de la profesión. Muchas personas que tienen afecciones de la piel, buscan masajistas, ya sea para relajarse, o para disminuir los problemas que presentan.
La siguiente anécdota no nos la da directamente la masajista que lo vivió, nos lo cuenta su hija, la cual también es una de los masajistas que publicaron sus anécdotas en internet. La hija recuerda que su madre le contó que la espalda del cliente estaba llena de forúnculos llenos de pus. Como es de esperarse, al frotar su espalda, el pus de los forúnculos salía, bañando no solamente la espalda del paciente, también las manos de la masajista.
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