Debo confesar que como amante que soy de los animales, descubrir que en España se llegó a consumir gato en algún momento de su historia, me erizo la piel. Bien es conocido el dicho: Que no te metan gato por liebre, y de hecho, todo demuestra que de la caza y preparación de esos felinos, surgió el mismo.
Hablamos de épocas en las que la guerra y el hambre golpearon duramente a las familias, razón por la cual, sobrevivir con lo que había y ofrecía el entorno inmediato, se volvía una verdadera necesidad. Te invito a conocer esta polémica receta que fue sacada del baúl de los recuerdos hace algunos días y una que otra curiosidad que te va a poner los vellos de punta.
[nextpage]
El consumo de carne de gato en el mundo
Quizás en la actualidad, el consumo de carne de gato y de perro, sea mal vista en muchas regiones del mundo; y no es para menos, todos conocemos muy bien el cariño que estos animales despiertan en gran parte de los seres humanos y las conexiones que se fomentan entre ellos; esto es gracias a la domesticación que se ha hecho desde hace muchos años y lo sagrado que, incluso para algunas culturas como la egipcia, representaba este animal.
Lo cierto es que aunque suene odioso para millones de personas, el consumo de carne de gato ha sido parte de la cultura gastronómica de algunos países; y aunque en la gran mayoría de ellos esta práctica esté erradicada, en algunos, la misma continúa siendo considerada un manjar.
En un mundo en el que las guerras, epidemias y carestía de alimentos reino por años, “sobrevivir con lo que se podía” llegó a convertirse en la única opción; para luego, llegar a ser parte de tradiciones que sobreviven hasta nuestros días, ante la mirada de horror de muchos de nosotros y la complacencia de quienes aún degustan los platos que ayudaron a sobrevivir a sus familias en el pasado.
[/nextpage][nextpage]
El consumo de carne de gato en Europa
En varias regiones de Europa, el consumo de carne de gato era común durante la época medieval. La primera referencia histórica que se tiene del consumo de la carne de este animal, es exactamente de mediados del siglo XV. En su libro Llibre del Coch, Ruperto de Nola, cocinero mayor del rey Fernando, incluía la receta “Gato como se quiere comer”. Esta receta aparece publicada en ediciones de 1525; sin embargo, fue eliminada posteriormente.
En Alemania, llegó a considerarse el consumo de carne de gato y otros animales, como completamente legal en 1940; y de hecho, esta se conocía para ese entonces como carne de “conejo de techo”, la cual era considerada como muy parecida al conejo, pero más dulce y dura.
Con el transcurrir del tiempo, y superadas las condiciones adversas que llevaron a muchos países a adaptar su alimentación de manera urgente, todo volvió a la normalidad, y gatos, perros y otros animales, pasaron a ser tratados en Europa, tal como se conoce en nuestros días.
[/nextpage][nextpage]
Una receta española documentada: la receta de gato en salsa de la abuela vasca
En el caso de España, encontrar recetas documentadas en las que se preparaba la carne de gato, no es tarea sencilla; pues en la actualidad, bien es sabido que en las distintas regiones, este animalito es altamente apreciado como animal de compañía.
Ahora bien, gracias al cocinero José Castillo, quien fue pionero en recopilar y dar a conocer las recetas tradicionales de la cocina vasca preparada por las abuelas, a principios de los 90, se ha dado a conocer la receta de la abuela alavesa, Modesta Gastián, quien, para el momento de la publicación del libro contaba con 82 años de edad.
[/nextpage][nextpage]
Qué ingredientes se utilizaban para la preparación de este plato
La receta de la abuela, Modesta Gastián, sería en la actualidad bastante polémica, pero considerando la edad que tenía al momento de la publicación del libro, sabrá Dios las razones que la llevaron en algún momento de su vida a considerar la carne del gato como medio de alimentación de la familia.
Los ingredientes que la abuelita mencionaba son: carne de gato, ajo, tomillo, vinagre, tomate, pimentón, manzanas, cebollas y aceite. Ingredientes muy tradicionales para la época y que de seguro podían conformar un excelente plato sin la presencia del indefenso animalito.
[/nextpage][nextpage]
Cómo se comenzaba a preparar este plato
En la receta se menciona que la preparación del plato comenzaba desde la noche anterior, pues se tenía que dejar la carne en maceración durante toda la noche:
«Quitarle la piel, las tripas y lavarlo bien. Cortarlo en pedazos y colocar los pedazos en una cazuela, añadiendo un par de cabezas de ajo muy picados, unas ramitas de tomillo y una taza de vinagre. Dejarlo así toda la noche al sereno”.
[/nextpage][nextpage]
Así terminaban la preparación
Llegado el día del consumo del plato, esta abuela alavesa proseguía con la preparación del platillo que alimentaría a su familia de la siguiente manera:
“Al día siguiente, añadir un kilo de tomate picado, una cucharada de pimentón, dos manzanas cortadas, media cebolla picada y una taza de aceite. Ponerlo todo a cocer, hasta que esté tierno. Después pasar la salsa por un pasapurés y volverla a echar a la cazuela de la carne. Dejar que se hierva un poco más y ya estará dispuesto”.
[/nextpage][nextpage]
Una costumbre que se exportó hacia América
El consumo de la carne de gato llegó a América por parte de los colonos en el siglo XVI, ya que como te he comentado hace unas líneas, el consumo de la carne de este animal, era considerado normal en muchas regiones de Europa en la época medieval.
Uno de los países en los que el consumo de carne de gato sigue siendo tradición, es en Perú, país en el que en algunas de sus regiones, es frecuente encontrarlo durante la celebración de diversas festividades.
En Argentina, y otros países de América del sur, en los que los niveles de pobreza han llegado a niveles alarmantes, principalmente a finales de los 90 y en la actualidad, la carestía de los alimentos, especialmente los cárnicos, ha llevado a que familias enteras consuman carne de perro o gato en la clandestinidad.
[/nextpage][nextpage]
Consumo de gato en Asia
Bien es conocido que en regiones asiáticas como China, Vietnam y Corea, el consumo de carnes poco tradicionales o permitidas en Occidente, es una práctica común; es por ello que, con frecuencia, las asociaciones de protección animal han alzado sus voces para poner fin a lo que en dichas regiones consideran como tradicional.
Sin embargo, si bien la carne de gato es consumida en estas regiones, lo cierto es que la que con mayor frecuencia es consumida, es la de perro; ya que esta es de mayor demanda y también más económica que la de los felinos.
[/nextpage][nextpage]
‘Miaustura’, polémico festival peruano en el que se consume carne de gato
En Perú, específicamente en la región de Cañete, se celebra cada año en el mes de septiembre, un festival en el que se le rinde culto a Santa Efigenia, quien es patrona y protectora del arte negro peruano.
Para la celebración de esta festividad católica, los pobladores de Cañete solían preparar platillos con carne de gato y efectuaban actividades en las que los mismos tenían que participar en carreras con cohetes amarrados a sus colas.
Antes conocido como Curruñao, este festival tomó el nombre de “Miaustura” a partir del año 2013, momento en el cual, por decisión judicial, se prohibió la celebración del mismo y se procedió al cierre de las granjas de producción de carne de gato. Sin embargo, se ha denunciado que el consumo de carne de gato, sigue siendo tradición desde la clandestinidad.
[/nextpage][nextpage]
Tradición o barbarie, ¿está bien comer esta carne?
Más allá de ser considerado como barbarie, el consumo de carne de gato puede considerarse como algo cultural; y así como en diferentes regiones del mundo se consume carne de cerdo, ternera, cordero, aves, etc., en otros tantos, aunque son minoría, el gato, perro u otros animales, son considerados más como alimento que como compañeros de vida.
Por supuesto, todo será según el color del cristal con que se mire, pues, para quienes estamos en contra de estas prácticas, la barbarie sobresale por donde se mire, pero para quienes han crecido siendo alimentados de esta manera, consumir estas carnes es parte de su cultura natural.
En todo caso, agradezcamos que son muchas las regiones del mundo que avanzan hacia la protección de los derechos de los animales y prohíben explícitamente la tortura de estos; esperemos nunca tener que atravesar situaciones que pongan al límite la supervivencia, ya que los sentimientos, moral y la autopreservación de la vida, entrarían definitivamente en conflicto.
[/nextpage]
