Meditación para la ansiedad: Qué es, cómo hacerla y ejercicios

La ansiedad es considerada el mal de la sociedad moderna, son numerosas las razones y situaciones que llevan a este tipo de eventos. La meditación para la ansiedad, surge entonces, como una alternativa y una forma de ayuda para que esta enfermedad no progrese a algo peor.

La meditación para la ansiedad es capaz de conducir su prácticamente a una oportunidad para relajarse y organizar el desorden de la mente. Además de calmar los pensamientos, acaba alterando las estructuras neuronales del cerebro, lo que reduce los niveles de estrés y estimula las emociones positivas, aliviando la ansiedad.

Esta práctica se ha utilizado durante milenios y la investigación científica ha demostrado que es beneficiosa y útil.

Cómo controlar la ansiedad

Esta palabra tiene un origen griego y significa estrangular, sofocar, oprimir. Lo cual, por lo tanto, no es algo bueno. Revisar tus pensamientos, acciones y quejas ayuda.

En primer lugar, no tiene sentido querer controlar las situaciones pensando en futuros aún inciertos sólo para no cometer errores en las decisiones. Inevitablemente, esto sucede a menudo, especialmente en el entorno laboral. Tiene que haber compromiso y dedicación, pero la mente puede hacer mucho más que eso, lo que perjudica la salud y provoca ansiedad.

Todo te resulta muy estresante, cualquier descuido puede costarte el trabajo, por ejemplo. Incluso cuando uno está dispuesto a cambiar, hay varios factores de resistencia que lo hacen más difícil. Es difícil, realmente, pero los resultados son posibles y agradables. No es saludable tratar de controlar la impermanencia.

¿Qué es la meditación para la ansiedad?

La palabra viene del latín meditare, que significa volverse hacia el centro en el sentido de desconectarse del mundo exterior, lo que significa que es un momento en el que sólo existes tú, sin preocupaciones ni problemas. Para alcanzar este estado, es necesario el silencio, sin hacer nada. Sin embargo, esto se vuelve aburrido rápidamente, porque es algo a lo que la gente no está acostumbrada.

También hay meditaciones guiadas, así como las que se hacen por audio o vídeo, es interesante practicar este ejercicio regularmente para obtener mejores resultados.

Realidad e imaginación

Lo único real es el presente. El resto es sólo imaginación. Debes permanecer en el ahora para obtener resultados buenos y reales. Si vives en el ahora serás capaz de averiguar lo que debes hacer o decir, sin estresarte.

En consecuencia, perdemos mucho tiempo en la vida imaginando cómo será esa situación, cómo queremos que sea, qué pensará el otro de todo ello, todo se reduce a conjeturas. Intentar vivir en el futuro es la salida segura del inconsciente para mantenerse en control.

Cuanto más quieres controlar lo que no sabes, más ansioso te vuelves. Los patrones predeterminados y antiguos dan una falsa seguridad.

Ejercicios para la ansiedad

En primer lugar, deja todo y nota cómo se siente tu cuerpo. ¿Qué estás mirando? Extiende tu mirada al entorno, después, permítete escuchar los sonidos que te rodean. Haz esto por un minuto, quédate en el ahora. Puede ser difícil al principio, pero merece la pena. Nuestra mente tiene la costumbre de no centrarse en el momento que estamos viviendo. Recuerda que los hábitos se adquieren.

Antes de darnos cuenta, perdemos mucha energía y tranquilidad, juzgando todo lo que nos rodea. Juzgamos todo, todo el tiempo, incluso los objetos que reconocemos de situaciones pasadas. Observa tus pensamientos, comprendiendo cómo funcionan.

Se ahorra mucho tiempo cuando nos concentramos en una sola tarea a la vez, aunque sea sin hacer nada (meditando). Si, por tanto, te centras siempre en las tareas del ahora, puedes experimentar sentimientos de seguridad, paz interior y satisfacción. La ansiedad se irá disipando con el tiempo. Practica esto durante 21 días seguidos y analiza los resultados.

Otro gran ejercicio de meditación para la ansiedad, se compone de poner los pies en el suelo y sentirlos firmes en la tierra. Ejerce algunas técnicas de respiración, manteniendo siempre la atención en tu respiración y controlándola, para que tu mente se calme.