Quizás nunca te has preguntado cuánto cuesta producir un litro de leche. Siendo uno de los alimentos protagonistas en la dieta de las personas, este producto también posee un impacto hacia el medio ambiente. Como lo tiene cualquier otro producto alimenticio que puedas encontrar en los mercados. De hecho, su repercusión es mayor a lo que inicialmente podrías haber imaginado. Pero para que tengas en cuenta todo lo que conlleva la producción de leche, te vamos a desvelar las claves de su fabricación. Misma que afecta de forma desmedida a la Madre Tierra, aún cuando necesitamos los valores nutricionales del mencionado lácteo.
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Se busca producir alimentos más saludables, y enfocados a respetar el medio ambiente
Cada vez más, vemos empresas y fábricas comprometidas con la alimentación de la ciudadanía. Aunque también respetando el medio ambiente. Quizás, es una de las salidas más inmediatas para lograr ese mundo sostenible, donde igualmente la gente pueda tener un alimentación adecuada. Aún así, es un mercado en crecimiento, que tardará años y años en consolidarse. En España, al menos han hecho el intento. Lo cierto es que, con el rubro de la leche, hay mucho impacto hacia el planeta. Por ello, lo analizamos a continuación.
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La leche, y los demás productos tienen un impacto negativo en el ambiente
Mayor o menor. De alguna forma, todos los productos alimenticios que se elaboran para el consumo humano ejercen una notable influencia en el medio ambiente. Generalmente, es negativa. Porque hablamos de producciones masivas, que tienen a afectar de manera desmedida el aire, el agua, los suelos y demás recursos vitales para el ecosistema. Ciertamente, esa botella de leche que sueles comprar en los supermercados deja una huella. Lo más probable es que jamás te hayas puesto a examinar estos datos.
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La alimentación humana es un mal directo para el ambiente
Lo que es un bueno para uno, es un mal para otro. Por ejemplo, la alimentación de los seres humanos, es uno de los principales riesgos para que el planeta siga con vida. ¿Por qué? Porque sencillamente la forma en que comemos a diario va generando un impacto gravísimo en el medio ambiente. Afecta la gran mayoría de los recursos necesarios para la subsistencia de las plantas, animales y demás seres vivos. Obviamente, nuestra especie requiere alimentarse, y se recurre a los recursos del ambiente. Pero, es lógico que todo resulta invasivo y perjudicial. Algo tan simple, pero de gran repercusión, como producir un litro de leche, es un enemigo de todo lo que nos rodea.
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La materia prima
Desde luego, para la elaboración de la leche, y de cualquier alimento, es necesario la materia prima. A priori, para que haya producción es fundamental recurrir a las recursos naturales. Lo podemos ver no solamente con los lácteos, sino también con las cosechas de arroz, cebolla, tomate y pare usted de contar. O sin ir muy lejos, las carnes, el pollo, cerdo… En realidad, esta es sólo una pequeña muestra de lo que día a día tomamos, y es un mal para el ambiente. Revertir este daño es, quizás, una de las tareas más complejas que le queda a la raza humana. Aunque ya sabemos que eso no va a ocurrir así de fácil.
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Nadie te había contado lo invasivo que es un litro de leche
Para el medio ambiente, un solo litro de leche es de los procesos más invasivos. Evidentemente, se fabrica en cantidades industriales y ya puedes ir viendo la magnitud del problema. Por supuesto, a veces las empresas buscan impactar lo menos posible a la tierra. Sin embargo, llega un punto donde no hay más remedio. De tantos rubros que pueden existir en el ámbito de la alimentación y la dieta, es la leche uno de los detonantes para que haya tanta explotación de recursos por parte de las compañías. Y pensar que es algo de hace siglos, no de esta época.
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Se usa demasiada agua para fabricar la leche
Uno de los recursos que más sufre cuando se fabrica leche es el agua. El vital líquido que se extrae es abismal. Tan sólo, para que puedan darle vida a un litro del alimento, las empresas necesitan más de 300 litros de H2O. Obviamente, los ríos son los más perjudicados. Y aunque es un recurso que no se agota, igualmente se ve aniquilado por las prácticas humanas. En promedio, el litro de leche que te llevas a casa ha requerido en agua más de 19 minutos de una ducha que las personas puedan darse.
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Graves daños a los océanos
En las etapas de producción de leche, los océanos también entran en apuros. Y es que, las grandes producciones generan un proceso de acidificación en las aguas. Esto quiere decir que, el pH de los océanos baja considerablemente. En consecuencia, surgen las llamadas emisiones de dióxido de carbono que van hacia la atmósfera; la capa gaseosa que, como bien sabes, rodea a la tierra. Y este ejemplo es aplicable únicamente a la elaboración de la leche. Porque si le sumamos los demás alimentos, realmente nos daríamos cuenta que el planeta sí está a punto de colapsar.
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Se contaminan los aires
El cambio climático es el tema del momento. Y ha llegado como uno de los objetivos que tienen los países del mundo para aportar ese granito de arena, en virtud del medio ambiente. Aún así, las políticas que se han implementado para reducir la emisión de gases de efecto invernadero se quedan cortas. Y es que, todavía hace falta más conciencia ambiental en la gente. Lo que sí es cierto, es que la leche, cuando se fabrica, aporta gases que contaminan el aire. Es mayor el impacto a muchos otros alimentos, como la pasta seca, por ejemplo.
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Se agotan los recursos
Los combustibles considerados como fósiles, igualmente podemos incluirlos en este nudo de problemas que desencadenan la producción de tan sólo un litro de leche. En concreto, hablamos del carbón o el petróleo. Los gastos en estos recursos del planeta son abruptos. Se tiene en cuenta que, se puede malgastar hasta 3 kilovatios en tan solo una hora. Lo que puede conllevar a que en algún momento no haya reservas petroleras en el mundo.
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Afectaciones hacia los animales
Así como los humanos necesitamos oxígeno para poder vivir, las plantas y animales también lo requieren. No obstante, las actividades industriales generan una reducción en el oxígeno que pueden recibir diariamente los del reino plantae y animal. De hecho, las especies que viven en lagos, embalses o ríos corren más riesgo de desaparecer, porque sencillamente su hábitat cada día lo estamos destruyendo. En definitiva, un litro de leche, un kilo de tomate, o los aguacates que sueles comerte, y demás productos, no son tan inofensivos para el ambiente como creías.
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