El gerente de EMVS conoció los «hechos ilegales» del presunto espionaje por la prensa

El gerente de la EMVS, José Antonio Acosta, conoció los hechos «bochornosos, inmorales e ilegales» del presunto espionaje con recursos municipales por la prensa el 16 de febrero porque en una reunión celebrada un mes antes en el edificio APOT, el 12 de enero, le invitaron a salir de ella para, posteriormente, el consejero delegado, Diego Lozano, transmitirle que no le afectaba. «Olvídate, no pasa nada«, le dice.

En la segunda sesión de la comisión de investigación ha detallado que en esa reunión, habitual para tratar asuntos de coordinación, el presidente de la EMVS, Álvaro González, le invita, junto a otras personas, a salir del despacho. Cuando sale de ella, «sorprendido», se encuentra en la puerta con el delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, a quien saluda cortésmente, sin más interacción.

«Me quedé un poquito intranquilo, aunque entiendo que no tengo que estar en todas las reuniones. En ese momento sí estaba intranquilo porque no tenía ni idea de que hubiera una segunda reunión. Me quedé descolocado«, ha confesado, sobre todo porque pensaba que se iba a hablar de él en esa reunión por algo que hubiera hecho mal. Esa reunión entendió que duró una media hora pero fue una sensación subjetiva ya que pudo ser bastante más corta.

En dicha reunión en la que le invitan a salir se queda el consejero delegado, Diego Lozano, y el jefe de prensa de la EMVS, David Fernández. El gerente ha confirmado que «no era habitual» la presencia del periodista, que sólo era convocado cuando se iban a abordar asuntos de campañas informativas y publicitarias.

Su forma de proceder habitual era esperar al consejero delegado, con quien ha trabajado durante años y con quien no tiene «secretos», para compartir coche si van al mismo lugar. «En el coche había un silencio… prácticamente no hablamos y yo estaba preocupado«, ha descrito.

El gerente estaba intranquilo por si había hecho «algo mal» y Lozano le «alivia» cuando le dice que no. «Me dice que no puede contar más pero que no iba conmigo la historia. Me dijo ‘olvídate, no pasa nada‘», ha transmitido en la comisión.

«FUI EL PRIMER SORPRENDIDO»

De ahí, 12 de enero, salta al 16 de febrero, cuando se entera por la prensa del presunto espionaje. «Hasta entonces no me entero de nada, ni sospecho nada mientras superviso los expedientes de contratación. Si hubiera visto algo extraño yo no me callo«, ha asegurado. «Fui el primer sorprendido», ha insistido.

Volviendo a quien fuera el jefe de prensa de la EMVS, David Fernández, el gerente ha declarado que no le conocía hasta que firmó el contrato para trabajar en la empresa, el 25 de octubre de 2019. Con él la relación era «bastante fluida y buena», caracterizada por la «cordialidad y la ayuda».

El gerente ha aseverado que la presentación de su dimisión el 25 de febrero le «sorprendió» porque estaba acometiendo una «labor magnífica con buenas iniciativas» propias de una «persona inteligente» y de un «buen periodista».

Cuando presenta su renuncia le advierte de que se va en una «situación difícil», a lo que el periodista le contestó que no tenía nada que ver con las informaciones aparecidas en prensa y que se iba por una «oferta de trabajo muy buena» siendo lo mejor para él y su familia.

Acosta ha confirmado que no conocía al exdirector de Coordinación de Alcaldía, Ángel Carromero, con quien nunca despachó porque no llevaba asuntos de urbanismo o vivienda. «Ni me lo he cruzado, ni le conozco ni ha aparecido por la empresa que yo sepa«, ha contestado a las preguntas de los partidos políticos. Tampoco le consta que el jefe de prensa de la EMT, Joaquín Vidal, haya estado en la EMVS.