Si has tenido que pasar por que tu pareja te ha sido infiel, sabrás perfectamente lo que se siente. Y, a los segundos, sabrás perfectamente lo que se te ha pasado por la cabeza: Cobrarte tu venganza. Esto mismo le ha sucedido a muchísimas personas, y unas cuantas decidieron tomarse la justicia por su mano tras descubrir lo hecho por sus infieles parejas.
Unas venganzas que no se suelen tomar en plato frío, y que pueden incluso constituir un delito. En lo único en lo que se piensa en ese momento es en causar el mayor daño posible a la dignidad de la otra persona, pero además de rozar lo ilegal, pueden ser tremendamente divertidas (excepto para quien las sufre, claro está).
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Una típica, el grafiti en el coche de los infieles
Es una de las más habituales de todas, en el encontrarte el coche totalmente pintado cuando tu pareja ha descubierto que la estabas engañando. Generalmente, además, los motivos con los que suele adornar el vehículo no suelen ser obras de arte precisamente, sino que suelen utilizarse una decoración bastante común: Con un spray de un color opuesto al del de la carrocería del vehículo, en letras grandes y perfectamente legibles desde la distancia, una serie de insultos que ponen de manifiesto que han sido infieles.
Generalmente, la solución a este tipo de venganzas pasa por haber tenido que llevar al coche a que le den una nueva capa de pintura para evitar que se siga viendo. No obstante, esto no evita que, durante unos días, seas el hazme reír del vecindario, y vayas donde vayas te señalen.
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Operarte los pechos con su tarjeta de crédito
Mientras que tu pareja no sepa que conoces que te ha sido infiel, puedes aprovechar para continuar con tu vida con total normalidad para tejerle la venganza perfecta. Emma Morgan fue lo que pensó cuando se enteró que su marido le estaba siendo infiel con otra mujer, por lo que decidió darle un giro aun más radical a su vida. Cogió la tarjeta de crédito de él y, ni corta ni perezosa, aprovechó para pagar con ella un aumento de pecho.
De esta manera, podría volver a salir al mercado del ligoteo con unos nuevos aires, y podría salir de su casa con la moral bien alta, al igual que sus nuevos pechos, mientras le dejaba una enorme deuda a su marido. Pero eso ya, era problema del otro.
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Vender las cosas de tu marido
En más de una ocasión, cuando no han querido dañar los objetos más preciados de sus infieles esposos, lo que han ingeniado es obtener un rédito económico de todas sus pertenencias. En ebay se pudieron encontrar la ropa interior de una mujer que habían sido halladas en la cama conyugal y que, obviamente, no le pertenecían a ella. De hecho, también se planteó la opción de sacar a subasta, en la misma plataforma a motocicleta de su marido, a un precio de 99 céntimos.
Otra opción es montar un mercadillo con todos los objetos, o bien regalarlos. Puedes sacarlos todos a la calle, con un cartel de «gratis», y dejar que la naturaleza humana haga el resto. Así conseguirás desprenderte de todos aquellos objetos que no quieres volver a ver nunca jamás, y haces feliz a la gente que se acerque por tu casa.
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Mojar sus dispositivos móviles
En multitud de ocasiones, el arma que facilitó los encuentros del delito a tu pareja residen en el teléfono móvil. Las redes sociales son un vehículo habitual para conocer nuevas personas y ser infiel a tu pareja. Por eso, muchas personas, a modo de venganza, han decidido sumergir todos los dispositivos electrónicos de sus parejas.
Teléfono movil, tablet, router wifi, videoconsolas, discos duros portátiles, ordenadores al completo; están en la extensa lista de objetos que han acabado bajo las transparentes aguas del inodoro en un ataque de odio extremo hacia su pareja infiel. Al menos, sabe con certeza que ya no podrá volver a chatear con ella.
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Romper los videojuegos
Los hombres, que son en estadística más infieles que las mujeres, suelen ser, además, bastante adictos a los videojuegos. Y este ha sido el objetivo de muchas mujeres que querían ponerle fin a la relación que tenían, al descubrir la existencia de terceras personas en la relación. Por eso, muchas mujeres, tijera en mano, se han acercado hacia la videoconsola y le han hecho su particular cirugía estética.
Puede que le hayan clavado en más de una ocasión las tijeras a varias consolas, buscándole hacer agujeros de ventilación más eficientes, y que hayan rayado, rajado, estrellado contra el suelo y roto en mil pedazos los videojuegos favoritos de sus parejas. Quizás de esa manera aprendan la lección de no engañar a la gente.
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Cartel de ‘Perro Perdido’
Fue la idea que tuvo una mujer que descubrió que su marido le estaba siendo infiel con su mejor amiga. Diseño un cartel con la fotografía de su marido, y empezó a difundir copias por todo el vecindario. Bajo el reclamo de ‘Perro Perdido’, se encontraba la foto de su marido, apoyado en un texto que rezaba que la última vez que había sido visto fue haciendo el amor con su mejor amiga a través de una cámara oculta. Vamos, que les habían pillado siendo infieles.
Una estrategia la mar de interesante y original al mismo tiempo, que sacó los colores tanto a su marido como a su amiga, a la vez que hizo que todo el vecindario se enterara de lo que había hecho. Simplemente, brillante.
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Prenderle fuego al pene de tu novio
Es lo que se le ocurrió a esta mujer cuando descubrió que su marido le estaba siendo infiel. En vez de intentar mantener una conversación distendida con él, o tomarse la venganza directamente con sus objetos personales más preciados, decidió que lo ideal era prenderle fuego al arma del delito: el pene de su novio.
Por suerte para él, consiguió apagar el incendio en poco tiempo, pero seguramente le dejó una herida y unas cicatrices que le harán recordar de por vida lo que hizo. Y es que, a veces, la ira que se desata cuando te enteras que te han sido infieles, hay que controlarla un poco más.
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Arrancarle un dedo
Esta estrategia ha sido seguida tanto por mujeres hacia sus maridos como hacia la tercera persona. Y es que, en una discusión, se pueden llegar a rozar unos límites muy cercanos a lo insospechado. En una ocasión, una mujer, en Nápoles, le arrancó de un mordisco un dedo a la mujer que mantenía encuentros sexuales con su marido. Y todo esto, aprovechando que la amante señaló, durante la discusión, a la mujer.
Por suerte para la amante, todo quedó en un susto, ya que pudieron llevarle al hospital urgentemente y se evitó mayores daños. Pero, por desgracia, la policía encontró el dedo amputado en un estado que no permitió a los médicos reimplantarlo.
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Cortarle el pene
Esta ha sido, sin duda, la gran venganza de la historia de las infidelidades. Lorena Bobbait, en 1993, decidió cortar por lo sano con su marido, y le quitó el pene. Ella, además de infidelidades, había vivido malos tratos y abusos por parte de su marido. Algo que le hizo estallar para cortarle el «arma del delito». «Era algo inesperado, era una situación muy terrible, de abuso. Me encontraba totalmente sola y no sabía a donde acudir», dijo durante el juicio.
Sin duda alguna, una medida muy drástica que tuvo que tomar para poder hacer que su marido parase de aquél calvario por el que pasó. Pero, a pesar de todo, eso no justifica que cometiera aquél acto delictivo. Sin duda alguna, el mundo de los infieles y el de las venganzas está a la orden del día.
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