En casa, la mayoría de nosotros tenemos hábitos de almacenamiento de los alimentos y formas de conservarlos que no son los más adecuados. Esto lo hacemos en muchos casos, si bien los hay que no necesitan ni tanto frío como para estar en la nevera, ni tanto calor como colocarlos en la despensa sin apenas refrigeración.
Así, en particular, tendemos (también alimentarias) a que algunos alimentos puedan verse en la nevera más tiempo del necesario. Ya no solo porque se puedan estropear y ponerse malos, sino que, también, hacer porque otros menos duraderos se contaminen y terminen por echarse a perder. Pero, ¿vale para todos por igual? ¿Cuáles no deben nunca quedarse abiertos en la nevera? Lo repasamos.
2Los tomates, uno de los alimentos que no deben guardarse en la nevera: impiden que madure y pierden su sabor y textura
Como decimos, no todos los alimentos se deben meter al frío para mantenerse en buen estado. Algunos se conservan en temperatura ambiente y a cambio lo que hace el refrigerador es quitarles sus propiedades originales y dañar su sabor y su textura.
El primer ejemplo es el que tiene que ver con los tomates, probablemente uno de los primeros alimentos que tendemos a guardar directamente en la nevera nada más llegar de la cesta de la compra.
Y puede ser correcto pensar que si guardamos los tomates en la nevera van a aguantar más por lo que se estropearán más tarde, pero esto irá en detrimento de su sabor y textura. Y es que las temperaturas bajas impiden que el tomate madure y que acumule más compuestos volátiles que potencian su aroma y sabor. Otros vegetales como el pepino (se ablandan y se pudren antes) o los pimientos (pierden color y textura) tampoco llevan bien el frío.





