Para el Atlético de Madrid la temporada no está siendo nada fácil. Desde hace tiempo que el conjunto que dirige Diego Simeone dejó de ser un equipo aspirante para convertirse en una inmensa realidad; esto quedó más que certificado con la consecución de LaLiga Santander de la temporada pasada. Ya el equipo rojiblanco dejó de ser ese que animaba las cosas, le complicaba los partidos a los más grandes y si podía rascaba algún título; ahora su misión es luchar en todos los frentes y tiene plantilla, calidad y un entrenador muy capaz para hacerlo. Cierto que la campaña pasada se quedó corto, pero en esta la historia es distinta.
Se supone que la soledad de Luis Suárez y la falta de que otros aportarán en el apartado goleador le impidió al equipo luchar en las otras competiciones; por eso en esta campaña mejoraron el centro del campo y apostaron por el regreso de Antoine Griezmann en al delantera para fortalecer el ataque. Con estas medidas, el Atlético de Madrid esperaba ser más fuertes y así lucían; el problema es que actualmente está segundo en Liga, a siete puntos del Real Madrid y sufriendo mucho, y casi eliminado de esta edición de la Champions League. Algunos errores de Simeone han propiciado eso y aunque parece haberlos identificado, ahora lucha para no cometerlos una vez más.
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Frente al Valencia cometió ese gran fallo
El mismo Simeone se dio cuenta de que sus errores le estaban costando muy caro al Atlético de Madrid cuando cedió un empate de forma estrepitosa contra el Valencia has unas semanas. Tras ese choque, el estratega colchonero comentó: «Muchas veces el entrenador acierta y esta vez falló». Esa sinceridad vino tras dejar escapar dos puntos en los minutos finales, en un partido que iban ganando 1-3. Realmente fue un empate doloroso.
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Simeone volvió a repetir su error frente al Milan
Pese a que allí fue sincero y Simeone dijo que cometió un error, las cosas no mejoraron ante el AC Milan solo unos días después. En este caso su fallo lo pagó más caro pues el Atlético acabó perdiendo el duelo, por 0-1, y quedó muy comprometida su presencia en los octavos de final de la Champions League. Fueron múltiples fallos los que llevaron a esa caída estrepitosa y dolorosa del conjunto rojiblanco, pero uno de los más comentados y sobre el que Simeone puso el ojo para tratar de repararlo fueron sus inexplicables cambios del final.
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Cambios inexplicables cerca del final
Aunque la cabeza de Simeone siempre será una incógnita para todos los analistas del mundo, pues siempre puede sorprender con decisiones muy polémicas; la verdad es que con sus cambios en los minutos finales de los duelos ante Valencia y Milan puede que se excediera hasta a sí mismo. Pese a que tras el choque defendió sus decisiones a capa y espada y hasta se tomó el tiempo de explicarlas; lo cierto es que no dieron efecto y lo peor que hicieron que el Atlético de Madrid cambiara de forma muy drástica.
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Un Atlético de Madrid que no se pudo adaptar
Si bien el Atlético de Madrid se había caracterizado por interpetrar los mandatos de Simeone en el campo muy bien, tanto que la táctica era uno de sus fuertes; en esos dos choques mostraron que en la comunicación actual hay alguna interferencia. En lugar de mejorar al equipo en esos minutos finales, en los que quería asegurar el triunfo en uno y la victoria en el otro, lo que acabó haciendo fue descompensar al equipo, que se desordenó y acabó cediendo un empate y una derrota.
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Tres cambios condenaron a Simeone en Mestalla
Durante el duelo ante el Valencia, las cosas se torcieron muy rápido luego de que Simeone completara los tres cambios que hizo en la segunda parte. Y es que los futbolistas que ingresaron lo hicieron por compañeros que no tenían nada que ver con lo que salían; claro que eso se hace, pero suele pasar cuando se trata de buscar la victoria a la desesperada y aquí era todo lo contrario, pues se quería conservar la ventaja que tenía el Atlético de Madrid en ese momento.
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Perdió por completo el control del partido
Que entrara Kondogbia por Ángel Correa, Joao Félix por Rodrigo de Paul y Héctor Herrera por Lusi Suárez fue el inicio del fin del Atlético de Madrid en Mestalla. La idea era contener las arremetidas finales del Valencia; pero Joao Félix no pudo controlar solo desde el medio hacía arriba y al ser más de corte y quite tanto Kondogbia como Herrera el control del juego se perdió, el conjunto che se hizo con el balón, comenzó a atacar y concretó el empate.
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Más cambios y más desorden ante el Milan
Contra el Milan la cosa fue peor, pues Simeone parecía estar más pendiente de lo que sucedía en el partido entre el Liverpool y el Porto; así que trató de defender un empate que lo beneficiaba y decidió irse completamente a proteger el resultado. El Atlético cambió completamente con los cinco cambios permitidos y ese festival de movimientos desordenó el esquema con el que empezó el equipo; de esa forma acabó cediendo los tres puntos.
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Mucho menos control ante un rival peligroso
Aquí los cambios fueron: Ángel Correa por Thomas Lemar; Reann Lodi por Mario Hermoso; Matheus Cunha por Luis Suárez; Sime Vrsaljko por Rodrigo de Paul; y Kondogbia por Griezmann. Con todos esos movimientos el equipo se desordeno, pues fueron unos cambios de posiciones y de esquema muy súbitos; así que con el Atlético de Madrid tratando de acomodarse, el Milan aprovechó para atacar y hacer ese gol que ahora tiene al borde del precipicio a los de Simeone.
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Lección aprendida de Simeone
Tras dos partidos en lo que el Atlético de Madrid quedó mal parado, tal parece que Simeone aprendió la lección muy bien. Ante el Cádiz solo realizó tres cambios, uno obligado por lesión y solo dos más en la segunda parte; con los que no cambio el esquema ni obligó a nadie a variar su juego para adecuarse a un sistema defensivo.
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Ni la goleada hizo variar el plan
Los cambios en este caso fueron por hombres con características similares a los que salían. En este caso se vio que Felipe entró por la lesión de Giménez; y ya tanto Correa, que ingresó por Lemar, y Cunha, que lo hizo por Luis Suárez, estuvieron ocupando roles idénticos a los que tenían los jugadores que salieron. Aún con la goleada, luego de que Cunha marcara el 1-4, Simeone se atrevió a hacer más cambios. Los siguientes partidos se verá si sigue haciendo cambios coherentes o vuelve a ceder a viejos temores y empieza a defenderse tanto que acaba cediendo puntos. El tiempo dirá, pero parece que ya aprendió.
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