El mundo de las setas es apasionante. Son seres que pertenecen al mundo de los hongos, su particularidad es que no pertenecen ni al reino vegetal ni al animal. Para nutrirse las setas recurren a otros organismos, son heterótrofas. Por lo general, crecen a la sombra de los árboles, en ambientes húmedos y con poca luz. Mientras que algunas especies son comestibles y destacan por sus propiedades nutricionales, otras son venenosas, algunas tienen efectos psicoactivos y otras pueden incluso llegar a resultar letales.[nextpage]
Lo ideal es buscar un grupo o experto en micología para formarte
Nuestro primer consejo es que antes de lanzarte a recoger setas te formes bien. Existen en la mayoría de las ciudades grupos micológicos que organizan excursiones y cursos con expertos. Y es que el mundo de las setas es muy complejo. Para que te hagas una idea el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, explica que en la Península Ibérica están catalogadas 1.500 especies de hongos superiores, de los cuales unos 100 contienen sustancias tóxicas más o menos potentes.
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Salir a recolectar setas es darse un baño de naturaleza
Sin embargo, el número de recolectores de setas aumenta cada año. Y, en gran parte, tiene que ver con que salir a buscar setas implica darse un baño en la naturaleza. Como te hemos dicho, lo ideal es unirse a una asociación que no solo te ayudará a iniciarte en este mundo, sino que además controlará las mejores zonas y épocas donde es posible recoger setas, un verdadero manjar culinario en opinión de gran parte de la población.
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Identificar una seta a primera vista no es fácil
Saber si una seta es venenosa o no a la primera no es una tarea sencilla. En este artículo solo te damos unas pequeñas pistas básicas, pero te advertimos que la dificultad del tema y los problemas de salud que puede llevar aparejados implican que jamás deberías comerte una seta si no estás cien por cien seguro, es decir, si no tienes la confirmación de un experto.
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Identificar las setas es una cuestión de tiempo y dedicación
Cualquier aficionado a la micología sabe que el primer paso es dedicar muchas horas a la identificación de las diferentes especies de setas. Una de las primeras cosas que te enseñarán es que debes descartar cualquier seta que no presente un buen aspecto por estar rota o por tener algún tipo de parásito. Puede que no se trate de setas venenosas, pero puede estar en mal estado y es desaconsejable comerlas. Además, su aspecto puede hacernos caer en un equívoco en cuanto a su naturaleza.
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Especies similares pero muy diferentes
Uno de los problemas más habituales que presenta el mundo de las setas es que puede haber dos especies muy similares, difíciles de diferenciar a simple vista. Y mientras una puede ser comestible, la otra puede ser venenosa. Un ejemplo destacado es el de la Amanita caesarea, un hongo comestible pero muy fácilmente confundible con la Amanita muscaria,un ejemplar venenoso.
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En el caso de las setas el tamaño no es importante
El tamaño tampoco es una cuestión relevante en lo que se refiere a la seguridad. Ya se sabe que el veneno no tiene que consumirse en grandes cantidades para ser muy potente. Recuerda que es fundamental que estés absolutamente convencido de que una seta es comestible antes de llevártela a la boca, de no ser así un solo ejemplar podría matarte o hacerte pasar un mal rato . Además, desconfía de todos aquellos supuestos “trucos infalibles” para discernir las setas, como por ejemplo que si acercas un objeto de plata y este no se ennegrece la seta es segura. Esto no tiene ninguna base científica y puede resultar muy peligroso.
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Desconfía de las setas de colores llamativos
Una de las características del mundo de los hongos es que pueden presentarse en múltiples formas, tamaños y colores. Piensa en lo diferentes que son entre sí ejemplares comestibles como los boletus, los champiñones o los níscalos. En general, debes desconfiar de los colores llamativos de las setas. Especialmente los rojos, los verdosos o los anaranjados fuerte. Estos pueden presentarse en la zona superior y también en el tallo. Es mejor dejar estas setas de lado, pues esos colores suelen ser indicativos de la presencia de veneno
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Presta atención al tallo cuando cortes la seta
Otra cuestión que debes considerar tiene que ver con el momento en el que cortas la seta, tanto para recolectarla como para cocinarla. Si el tallo cambia de color por uno ligeramente azulado o, si suelta un líquido de tipo lechoso es mejor renunciar a comerla. Del mismo modo si la seta desprende un olor desagradable o que nos recuerde a algún componente químico, lo más seguro es que no sea apta para su consumo.
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Debes distinguir las diferentes partes de las setas
Conocer las diferentes partes de las setas te ayudará a identificar elementos que pueden indicarte si son venenosas. Por ejemplo, la familia de las amatitas, unas setas que destacan porque pueden resultar muy tóxicas tienen tres partes bastante reconocibles: las láminas, el anillo y la volva. La zona superior de las setas es el sombrero, en la parte inferior de esta es donde guardan sus esporas, lo que se conoce como himeneo. Si este tiene forma de láminas blancas es un indicio claro de peligro. Los anillos los encontrarás alrededor de los tallos. La volva se encuentra en la parte final del tallo, es una especie de ensanchamiento en el extremo final. Todo esto nos indicaría que estamos ante setas venenosas, con lo que lo aconsejable es no recogerlas.
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Otros indicios que nos pueden indicar que estamos ante setas venenosas
Existen otros indicios que pueden indicarnos que estamos ante setas venenosas. Por ejemplo, algunos ejemplares tienen una especie de velo ligero o tela transparente. También es importante analizar el color de la esporas, si estas son muy oscuras o tienen tonos rosados puede ser indicativo de que estamos ante una seta venenosa.
Sea como sea. no nos cansamos de decirte que lo mejor es acompañarse siempre de profesionales y en caso de la más mínima duda renunciar a consumir el ejemplar.[/nextpage]
